Diari Més

Los obispos españoles eligen nuevo presidente de la Conferencia Episcopal para sustituir Omella

El mandato del arzobispo de Barcelona ha sido marcado por el apoyo a los indultos y la respuesta a los abusos

Imagen del cardenal-arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella.ACN

Publicado por

Creado:

Actualizado:

La Conferencia Episcopal Española (CEE) escogerá el martes a su nuevo presidente para los cuatro próximos años. El sustituto del cardenal-arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, saldrá de una votación secreta en Madrid donde, dependiendo de quién sea escogido, se puede dibujar un viraje en la línea política de los obispos, marcada últimamente por el alineamiento con las posturas del papa Francisco en temas como la pobreza o las migraciones y la decisión de no chocar con el gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, el episcopado dio apoyo a los indultos a los responsables del 1-O, aunque ahora se ha mostrado mucho más distante con la amnistía. En clave interna, el mandato de Omella acaba marcado por la gestión de los casos de abusos y la respuesta a la secularización.

La renovación de la cúpula eclesial española va más allá de la elección del nuevo presidente. También se escoge al vicepresidente de la CEE y casi todos los cargos ejecutivos de la nomenclatura de los obispos del Estado. Todo se hará en una asamblea general -la número 124- que empezará el lunes con un discurso de Omella, el último como presidente, y acabará el viernes con la habitual rueda de prensa del secretario general.

Son electores de la CEE los arzobispos y obispos diocesanos; el arzobispo castrense (responsable de la iglesia al ejército); los arzobispos y obispos coadjutores y auxiliares; los administradores y algunos obispos eméritos. En el caso de Girona, que conoció a su nuevo obispo esta misma semana, la representación la hará la administración actual, ya que el nuevo prelado, Octavi Vilà, todavía no ha tomado posesión del cargo.

Según ha indicado la CEE, a la próxima Asamblea Plenaria habrá un total de 79 electores (tres cardenales, 16 arzobispos, 50 obispos, 9 auxiliares y el administrador diocesano de Girona), pero no todos podrán ser elegidos como presidente o vicepresidente. Sólo lo podrán ser aquellos obispos -no auxiliares- menores setenta y cinco años, hecho que deja a Omella sin la posibilidad de ser escogido para un segundo mandato.

Sin campaña, pero con «murmuraciones»

La elección del presidente y los cargos de la CEE no va precedida de ninguna «campaña electoral», remarcan fuentes eclesiales. Sin embargo, durante los días previos a la asamblea están las denominadas «murmuraciones», donde empiezan a sonar los nombres con más posibilidades para coger un cargo, el de presidente de la conferencia, que es visto con cierto pesar por buena parte de los prelados por la presión mediática y la lectura política que lo acompaña. Este proceso de conversación entre electores se intensifica con la llegada a Madrid de los obispos, que en el marco de la asamblea plenaria también comparten comidas, celebraciones religiosas y diferentes actas públicos y privados.

Una vez empiece la asamblea, el lunes, se harán las votaciones. Según señalan desde la CEE, cada una de ellas va precedida de una votación de sondeo, que no es vinculante y sirve como información para los obispos. Posteriormente, se hace la votación definitiva, que se puede repetir hasta tres veces. Para asegurar la privacidad del proceso, las votaciones se hacen de manera digital y sólo pueden votar a los obispos que sean al pleno. Si alguno no puede asistir, no puede votar, pero sí que puede ser escogido.

Según el reglamento, para la elección de los cargos principales de la conferencia hace falta mayoría absoluta (la mitad más uno) de los presentes en cada una de las votaciones, pero si en las dos primeras votaciones nadie obtiene la mayoría necesaria, se procede a una tercera votación entre los dos obispos más votados. Si en esta votación hubiera un nuevo empate, resultaría elegido el candidato de más edad.

Les complicaciones para sustituir Omella

A pesar del vacío que deja la marcha de Omella, al cargo desde el 2020, puede ser ocupado por cualquiera de los obispos menores de setenta y cinco años que hay en el Estado, varios nombres suenan con fuerza como «favoritos». Según medios especializados como Religión Digital, el sector conservador se decanta por el arzobispo de Valladolid, Luis J. Argüello, aunque desde el Vaticano prefieren al cardenal José Cobo, progresistas, muy jóvenes y escogidos recientemente arzobispo de Madrid.

La elección del nuevo presidente de la CEE se conocerá el martes, pero el protocolo no prevé una agenda concreta después de este paso, tampoco ningún acto litúrgico especial. Es habitual que la nueva cabeza de la iglesia en España tenga un contacto breve con los periodistas que llenan la asamblea, pero tampoco ha previsto ningún discurso ni rueda de prensa. Desde la conferencia recuerdan que es usual que el nuevo presidente empiece una ronda de contactos con la presidencia del gobierno español, la Casa Real y el mismo Vaticano una vez es escogido al cargo, pero no hay nada cerrado.

Retos y polémicas

La renovación al frente del episcopado español llega en un momento marcado por dos elementos: la gestión de los casos de abusos y el posicionamiento eclesial sobre la amnistía. Sobre el primer asunto, la iglesia se prepara para hacer frente a las «reparaciones» y compensaciones a todas las víctimas, tanto las que tengan reconocimiento judicial como las que hayan visto sus casos prescritos. En clave religiosa el contexto general, como a toda Europa, es la falta de vocaciones y el avance de la secularización, tema que los obispos españoles han tratado intensamente los últimos tiempos.

En clave más política, la iglesia tendrá que definir su posición sobre el perdón a los encausados del proceso después de que el 2021 Omella expresara el apoyo rotundo de la CEE a los indultos. De hecho, este tema ha dividido ya a los obispos catalanes desde el resto del Estado y este mes de septiembre la Conferencia Episcopal Tarraconense (que reúne a los prelados de diócesis catalanas) se desmarcaron de la opinión contraria a la amnistía del secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, César García Magán, que dijo que la amnistía era una herramienta para situaciones excepcionales que ahora no se dan.

tracking