Política
Pedro Sánchez continuará como presidente del Gobierno
El jefe del ejecutivo español pide una «reflexión colectiva» que «abra paso al juego limpio»
Imagen de archivo del presidente del Gobierno, Pedor Sánchez.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes que ha adoptado la decisión de continuar en el cargo a pesar de la «campaña de descrédito» –ha asegurado- de laque ha estado víctima junto con su mujer desde hace 10 años.
Sánchez ha afirmado que si renunciara a la presidencia daría la razón a quienes apuestan por «degradar» la vida política, y ha asegurado que continuará en el cargo «con más fuerza». También ha pedido a la sociedad una «reflexión colectiva» para «abrir paso al juego limpio».
«He decidido seguir, seguir con más fuerza si se puede al frente de la presidencia de España. No es un punto y seguido sino un punto y aparte, asumo el compromiso de trabajar por la regeneración», ha sentenciado.
Sánchez ha hecho pública su decisión en una declaración institucional sin preguntas y sin periodistas convocada por esta mañana a La Moncloa. Lo ha hecho después de trasladarse al palacio de La Zarzuela para comunicarle al Rey su decisión, fruto de la «reflexión» que inició el pasado miércoles después de que un juez de Madrid abriera diligencias contra su mujer a raíz de una denuncia de Manos Limpias.
Una respuesta «clara»
Después de encontrarse con el jefe del Estado, Sánchez ha comunicado el anuncio a la vicepresidenta primera del gobierno español, María Jesús Montero, al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños y al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán. Con su anuncio, Sánchez pone punto final a cinco días de absoluto silencio –también respecto a sus ministros- en el que no ha asistido a ningún acto, tampoco al comité federal del PSOE que se convirtió en un clamor para que no dimitiera.
La alocución de Sánchez, que se ha producido en la escalinata de entrada en La Moncloa, ha empezado con un recordatorio de la carta que publicó el pasado miércoles, y donde denunciaba el acoso que habían sufrido él y su familia desde hacía años. «Después de estos días de reflexión tengo la respuesta clara», ha empezado el presidente en un discurso donde ha dicho que no hay ningún «honor» que «justifique» la destrucción de la dignidad de las personas que aprecio.
El papel de la mujer
«La carta que envié quizás provocó desconcierto, porque no obedece a ningún cálculo político», ha manifestado el presidente antes de reconocer que en la misiva admitía el dolor que le provocaba la presión mediática y judicial contra su mujer. «Vivimos en una sociedad donde solo se nos enseña y se nos pide mantener la marcha a cualquier precio», ha lamentado.
«Si permitimos que se vuelva a relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico teniendo que sacrificar su carrera profesional en beneficio de la de su marido y que la falta de razón se vuelva en rutina, habremos hecho un daño irreparable a nuestra democracia. Exigir resistencia incondicional a los líderes es poner el foco a las víctimas, y no en los agresores», ha aseverado Sánchez. «Confundir libertad de expresión con libertad de difamación es una perversión democrática de desastrosas consecuencias», ha añadido.
«Limpieza y regeneración»
En su discurso, que ha durado menos de diez minutos, Sánchez ha agradecido las muestras de apoyo que ha recibido los últimos días, particularmente desde las filas del PSOE, que sábado hizo un grito unánime para pedir su continuidad. A parecer suyo, esta «movilización social» ha «influido decisivamente» en la suya elige. «Asumo el compromiso de trabajar sin descanso con firmeza y serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia», ha recalcado el presidente.
«Solo hay una manera de revertir esta situación, que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que hace demasiado tiempo que sufrimos. Esto no va de un dirigente, va de decidir qué tipo de sociedad queremos ser», ha explicado Sánchez. A su parece, hay que abrir ahora a una «limpieza» y «regeneración» que acabe con el «barro» que contamina la vida pública de «prácticas tóxicas».
