Científicos internacionales presentan una decena de mensajes clave para contribuir a la hoja de ruta de la COP28
Abandonar los combustibles fósiles y no depender de la naturaleza para absorber el carbono son algunas de las indicaciones
Un grupo de científicos internacionales ha presentado este domingo un informe con diez mensajes clave para contribuir a la hoja de ruta que marcará la cumbre COP28. Los expertos han alertado de que el planeta está avanzando de manera acelerada hacia el límite de 1,5 grados que se recoge al Acuerdo de París y han propuesto reducir al máximo la magnitud y el tiempo que en que esta cifra se sobrepase. Para hacerlo, han apostado por reducir la dependencia a los combustibles fósiles e impulsar la energía renovable. El informe, titulado 10 New Insights in Climate Science, lo han consensuado 67 científicos de 24 países. El coautor del estudio e investigador del CREAF, Marcos Fernández, ha sido el único representante del Estado.
El informe también ha advertido que hay una incertidumbre sobre como responderá la naturaleza al cambio climático. «Históricamente, los ecosistemas terrestres han absorbido un 30% del carbono y los océanos en torno a un 25%, pero es muy posible que absorban menos carbono de lo que se había previsto en el futuro», ha avisado Fernández.
Así, el estudio ha mostrado que la capacidad mitigadora de la naturaleza, que se basa principalmente en los bosques, se tiene que compaginar con una implementación a gran escala de otros métodos que permitan eliminar dióxido de carbono de forma permanente.
También ha señalado que los acontecimientos combinados pueden provocar impactos mayores que la suma de los acontecimientos individuales. Han dicho que identificar y prepararse para acontecimientos combinados específicos es «crucial» para gestionar los riesgos y proporcionar apoyo en situaciones de emergencia. A modo de ejemplo, han recordado que California ha tenido episodios combinados de sequía, olas de calor y tormentas de polvo que han afectado a la población y los cultivos.
En este sentido, los expertos han remarcado que desglaciación como respuesta al cambio climático todavía es más rápida en zonas de alta montaña, como el Himalaya y las regiones polares, hecho que amenaza las poblaciones ubicadas río abajo con escasez de agua, y expone a los habitantes de las montañas a mayores riesgos, como las inundaciones repentinas.
A pesar de todo, los científicos han sostenido que las personas que encaran riesgos climáticos pueden ser incapaces o no estar dispuestas a trasladarse, y los marcos institucionales existentes no tienen en cuenta la inmovilidad ni son suficientes para anticipar o dar apoyo a las necesidades de estas poblaciones.
Aparte, el estudio ha indicado que los sistemas alimentarios tienen un papel clave en la acción climática, con opciones viables de mitigación que abarcan desde la producción hasta el consumo. No obstante, han dicho que las intervenciones se tendrían que diseñar con y para la equidad y la justicia. Así, han considerado que la implementación de medidas de mitigación se tendría que hacer de manera inclusiva con varios interesados en múltiples escalas.
Los científicos han defendido que los países con ingresos más altos tienen que liderar la transición y proporcionar apoyo a los que tienen ingresos más bajos para hacerla de manera justa y minimizando los impactos socioeconómicos en los segmentos más vulnerables de la población.
Al mismo tiempo, han apostado por una gobernanza conjunta para abordar las emergencias del clima y la biodiversidad. También han apuntado que las convenciones internacionales tienen que encontrar garantizar la asignación de financiación climático por la custodia la naturaleza.
Este proyecto es fruto de una iniciativa conjunta de Future Earth, Earth League y el World Climate Research Programme (WCRP) y se hace cada año desde el 2017 para ayudar a la comunidad científica y política internacional a tomar decisiones con base científica. El CREAF es el único centro del Estado que participa en el estudio.