Judicial
La acusación particular pide 12 años de prisión para Dani Alves por violar a una joven en una discoteca de Barcelona
La fiscalía le pide 9 años después de que el futbolista haya tenido tres abogados y tres versiones diferentes
La joven que denunció al futbolista brasileño Dani Alves por violación en la discoteca Sutton de Barcelona en diciembre del 2022 pide 12 años de prisión para su supuesto agresor, según ha adelantado ‘El Periódico’ y ha confirmado ACN. La acusación particular pide así la máxima pena posible, además de 150.000 euros de indemnización.
La fiscalía, por su parte, le pide nueve años de prisión. Los hechos tuvieron lugar la noche del 30 de diciembre del 2022 en el lavabo de uno reservado del local. Alves está en prisión preventiva desde el 20 de enero pasado después de que el juzgado y la Audiencia de Barcelona le hayan denegado la libertad varias veces, y ha cambiado dos veces de abogado.
El exdefensa azulgrana ha cambiado tres veces de versión, negando al principio que conociera a la chica, después de que el sexo fue instigado por ella, que le habría hecho una felación mientras él defecaba en el inodoro, y finalmente que fue una penetración vaginal consentida por los dos. Ninguna de las versiones de Alves le han servido para salir de la prisión, ni tampoco sus esfuerzos por demostrar el arraigo en Cataluña que minimizaría el riesgo de huida de Sutton.
En los últimos meses la defensa ha intentado negociar un pacto de conformidad con la fiscalía y la acusación particular, pero de momento no ha salido adelante. Ahora la defensa tiene que presentar su escrito y el juicio está previsto que se celebre en la Audiencia de Barcelona a principios del 2024. El futbolista brasileño fue denunciado por agresión sexual por una chica de 23 años que le acusó de haberla violado en el lavabo de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre pasado.
Según la fiscalía y la versión mantenida desde el primer momento por la chica, el astro brasileño y un amigo las invitó a ella, su prima y una amiga a subir al reservado en el que estaban bailando la madrugada del 30 al 31 de diciembre. Inicialmente se negaron, pero después de insistir, las chicas acabaron subiendo a la zona hacia las 3.20 horas. Estuvieron bailando los cinco y Alves se habría fijado mucho en la chica, a la que se acercaba para bailar y abrazarla. En dos momentos determinados, él se puso detrás de la joven, le cogió la mano y la acercó a la zona del pene. Pero la chica apartó la mano rápidamente.
Hacia las 3.42 horas, Alves fue hacia la puerta que daba acceso a la denominada ‘suite’, un pasillo que da acceso a un pequeño lavabo y una habitación con sofá. Entró, y dos minutos después sacó la cabeza por la puerta e indicó a la chica que fuera hasta allí. La chica, después de la insistencia de Alves, fue y el futbolista cerró la puerta. Una vez los dos allí, Alves la introdujo en el lavabo y también cerró la puerta detrás de él. Una vez dentro, la joven se sorprendió de encontrarse en un lavabo diminuto y quiso salir, pero Alves se negó y empezó a tocarla con afán sexual.
Alves se sentó sobre la tapa del inodoro, cogió la chica fuerte por la cintura y la obligó a sentarse encima. Le levantó el vestido y, ante la negativa de la chica, él mantuvo una actitud «despectiva» hacia ella. El futbolista se inclinó los pantalones, estiró con fuerza el pelo de la chica, la hizo caer al suelo de rodillas e intentó obligarla a hacerle una felación. La chica se resistió y Alves le dio varias bofetadas en la cara mientras le exigía varias veces que le dijera: «Soy tu putita».
La chica pidió marcharse varias veces, pero Alves no lo permitió. La chica, ante la imposibilidad de salir de aquel espacio tan pequeño y la actitud violenta del futbolista, se sintió «impresionada y sin capacidad de reacción» y sintió que le faltaba el aire por la situación «de angustia y terror» que estaba viviendo. Alves la levantó del suelo, la puso de espalda y le tocó todo el cuerpo. Le intentó hacer sexo oral, pero la víctima se opuso. Finalmente, inclinó a la joven hacia el inodoro y la penetró vaginalmente sin preservativo.
Hacia las 4.00 de la madrugada Alves salió del lavabo y dejó a la víctima allí. Se dirigió a su mesa del reservado, cogió una copa y fue hacia otra mesa. Pocos segundos después salió la chica, se dirigió a su prima y le pidió marcharse. Salieron sin despedirse de Alves, pero sí del amigo de este.
Al marcharse, se echó a llorar en el pasillo de salida, explicó los hechos a su prima y el personal de la discoteca activó inmediatamente el protocolo contra agresiones sexuales. A las 4.06 Alves y su amigo salieron rápidamente de la discoteca, se cruzaron con las chicas pero no les dijeron nada. Según los forenses, la chica sufrió lesiones leves en la rodilla derecha y actualmente todavía tiene un trastorno por estrés posttraumático de nivel elevado, y sigue tratamiento psicológico.
La versión de la chica se ha visto corroborada periféricamente por varias cámaras de seguridad, testigos, huellas dactilares de ella en el lavabo, ADN de él en la ropa y la vagina de ella y lesiones que ella sufrió compatibles con su relato. La fiscalía también le pide 150.000 euros de indemnización para la víctima, que inicialmente renunció a la indemnización pero después se lo ha repensado, diez años de prohibición de aproximación y comunicación y diez años más de libertad vigilada.