Ucrania reclama más armas para reconquistar territorio e impedir que el conflicto se «congele» en el tercer año de guerra
Les batallas se estancan en el este del país y crecen las dificultades para garantizar apoyo financiero de los aliados occidentales
Ucrania reclama más armas y apoyo financiero para reconquistar territorio e impedir que el conflicto se «congele» en el tercer año de guerra. Cuando se cumplen dos años desde que las tropas rusas iniciaron una gran invasión del territorio ucraniano, Kíiv refuerza las peticiones de ayuda militar a Europa y los Estados Unidos viendo más dificultades para mantener sus compromisos. «Si no actuamos ahora, Putin hará que los próximos años sean catastróficos», advirtió al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, desde la Conferencia de Seguridad de Munich la semana pasada. Zelenski teme el desgaste de dos años de batallas y el enquistamiento del conflicto después de un 2023 sin avances significativos.
«Ninguno de los dos bandos está satisfecho» y, por lo tanto, se hace más «probable» una «guerra larga que favorece al invasor», opina el analista James Nixey en un artículo en el Chatham House. Delante de este escenario, Zelenski pidió más misiles de largo alcance y obuses de artillería para superar al ejército ruso durante la Conferencia de Seguridad de Múnic de la semana pasada. El dirigente ucraniano ha alertado del riesgo de que el estancamiento en el frente de batalla derive en un «conflicto congelado».
En cambio, Nixey cree que Putin ha entrado en su «zona de confort» con el estado actual de la guerra y los síntomas de debilitamiento del apoyo occidental a Kíiv. «La guerra es manejable y el presidente y la élite están seguros», dice, remarcando que ahora mismo prácticamente nadie ve viable una salida negociada de la guerra mientras Putin continúe al poder. «Rusia no se rendirá, no se irá ni comprometerá el territorio que ha ocupado».
El balance de la guerra
El 24 de febrero de 2022, el presidente ruso, Vladímir Putin, pronunció un discurso en que anunciaba una «operación militar especial» en Ucrania. El objetivo, dijo, era «desmilitarizar» y «desnazificar» el país en un contexto en que criticaba duramente la expansión de la OTAN hacia el este. Horas después, en torno a las cinco de la madrugada, Kíiv sufría los primeros bombardeos y empezaba una guerra sangrante que ha provocado la muerte de más de 10.000 civiles, unos 20.000 heridos y más de 6 millones de refugiados, según datos de la ONU.
Buena parte del mundo ha dado la espalda al Kremlin, acusado de cometer crímenes de guerra, provocar la crisis de refugiados más grave en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y anexionar de forma ilegal las provincias de Lugansk, Donetsk, Zaporíjia y Kherson. De esta última se retiró.
«La economía se está destrozada, la infraestructura civil a menudo es un objetivo militar, se pierden vidas, familias rotas y aumenta la violencia de género. Todo eso tiene un impacto en el pueblo de Ucrania», comentaba recientemente Denise Brown, coordinador de la ONU en el país.
Estancamiento del frente
Les batallas se han estancado en el este de Ucrania. El ejército ucraniano ha conseguido algunas victorias, pero las líneas del frente se han mantenido más o menos estables. El 2023 empezó con la intención de Putin de conquistar todo el Donbàs, pero se ha quedado atascado en una cruenta batalla en Bakhmut liderada inicialmente por el jefe del Grupo Wagner, Ievgueni Prigojin. A pesar de conquistar la ciudad, Prigojin acabó muerte después de un intento fallido de sublevación contra Putin. Desde el lado ucraniano tiraron una contraofensiva en Donetsk y Zaporíjia en junio del 2023, pero ha habido pocos avances.
Según ACNUR, este 2024 «se espera que la situación se alargue, especialmente en el este y el sur del país, donde los bombardeos y los ataques dirigidos a las infraestructuras se han convertido en parte de la vida diaria».
Apoyo militar en duda
A este desgaste se suman las crecientes reticencias de los aliados a seguir financiando la guerra. Según datos del Kiel Institute, desde el inicio de la guerra Ucrania ha recibido más de 100.000 millones de euros en ayuda militar. Los Estados Unidos es el principal donante (42.200 MEUR), seguido de Alemania (17.700 MEUR) y el Reino Unido (9.100 MEUR). Sin embargo, este centro está detectando «una actitud dubitativa» entre los aliados para desembolsar más dinero.
Después de superar las reticencias de Hungría, la Unión Europea aprobó al principio de febrero el nuevo paquete de 500.000 millones de euros para Kíiv. Unos 600.000 millones de dólares continúan bloqueados en el Congreso de los Estados Unidos. La promesa de dar apoyo en Ucrania «durante el tiempo que haga falta» se ha puesto en duda últimamente, recoge el informe anual de la Conferencia de Seguridad de Múnic.
En un acto en el CIDOB el jueves, Olena Halushka, cofundadora del Centro Internacional para la victoria de Ucrania, denunció que Moscú está atacando con misiles de largo antes proporcionados por Irán y Corea del Norte. En cambio, lamentó que el compromiso occidental de ayudar a Ucrania a mantener la batalla esté disminuyendo.
«Tenemos que pensar en un plano B por si no llega el dinero de los Estados Unidos», sostiene Halushka.