Tradicional plantación del pino del primero de mayo en la Febró
La fiesta rememora una antigua costumbre del municipio.
Hasta finales de mes, un pino presidirá la plaza mayor de la Febró, el pequeño municipio del Baix Camp. Aparte de ser el elemento que conforma el escudo del pueblo, el pino y, más concretamente, la plantación 'popular' del 1 de mayo rememora una antigua costumbre del pueblo.
Hace años, cuando los pinos tenían mucho más valor, en esta fecha, los jóvenes solteros del municipio cortaban un pino de los alrededores. Lo hacían de madrugada y a escondidas porque|para que entonces los pinos sí que eran económicamente valiosos y los propietarios de los bosques no conseguían impedirlo. Y de madrugada lo dicen a hombros hasta el pueblo y lo plantaban en medio de la plaza. Al día siguiente, junto con el pino, los jóvenes dejaban flores en los portales de las casas con jóvenes 'singles' (aunque entonces no decían así, claro está). Pero también les tocaba recibir a aquellas chicas que le habían dado 'calabazas' a alguno de los jóvenes y, en ningún sitio, de flores, los portales se llenaban de 'cardos'...
Con el pino que se acababa vendiendo -de propietario desconocido- los jóvenes conseguían dinero para la fiesta.
Este primero de mayo, como cada año, se ha recuperado la costumbre. Ya no se hace a escondidas y las flores no se dejan en el portal. Todo es más festivo. Después de un buen desayuno, hace falta ir al bosque -con el permiso del propietario- y cortar un pino lo bastante delgado pero también lo bastante alto para la celebración. Se traslada hasta la plaza mayor y allí se pasa un buen rato hasta que se consigue el objetivo de dejarlo apuesto. Una comida popular en la sala polivalente de pueblo, que ha sido arreglada recientemente, sirve para cerrar la jornada.