Ascó y Vandellòs investigan si tienen instalados componentes defectuosos de Areva
La multinacional francesa trabaja, actualmente, en la instalación de los nuevos sistemas de venteig filtrado en las plantas atómicas catalanas
La Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs II (ANAV), sociedad que explota las tres plantas atómicas catalanas, investiga si alguno de los componentes instalados adquiridos en Areva se encuentra dentro de la lista de 400 elementos que ha reconocido haber fabricado la multinacional francesa falsificando los protocolos de control de calidad de los materiales. Fuentes de la empresa han reconocido en el ACN que el fabricante francés, uno de los más importantes del sector en el ámbito internacional, se encuentra entre sus proveedores habitual. De hecho, en estos momentos, Areva está instalando en las nucleares de Ascó y Vandellòs II un nuevo sistema de venteo filtrado, una de las medidas adicionales previstas en el plan de seguridad tras el accidente de Fukushima, en Japón. En este sentido, Greenpeace ha preguntado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) si alguna de las centrales del Estado podría tener algunos de estos componentes instalados. Los ecologistas recuerdan que Areva también reemplazó los generadores de vapor de las plantas de Ascó y Almaraz (Extremadura).
«Lo estamos mirando. Las plantas están funcionando con normalidad», han asegurado fuentes de ANAV, al mismo tiempo que reconocen que Areva «ha trabajado y está «trabajando» en sus instalaciones de Ascó y Vandellòs II. Actualmente, son los encargados de proporcionar e instalar el nuevo sistema de venteig filtrado, una de las medidas de mejora de la seguridad de las instalaciones incluidas dentro del llamado Pla Fukushima, aprobado a raíz del desastre de Japón. De momento, la sociedad que explota los complejos atómicos de la Ribera d'Ebrey el Baix Camp asegura desconocer si alguno de los componentes que Areva ha instalado se encuentran dentro de la lista de posibles defectuosos. Más allá de eso, apuntan que la propia ANAV dispone de sus propios protocolos de revisión del control de calidad, al margen de los propios del fabricante.
La posibilidad, sin embargo, que algunos de los 400 elementos que la multinacional ha reconocido haber fabricado falsificando los protocolos de control de calidad de los materiales, haya podido llegar y ser instalado en alguna de las nucleares catalanas o del Estado ya ha puesto en alerta entidades como Greenpeace. La organización ecologista ha enviado una carta al CSN requiriéndole, de forma «pública» y «urgente», información en este sentido: quieren también que aporte una lista de todos los componentes procedentes de esta multinacional instalados al Estado español. Recuerdan que fue la misma Areva la encargada de reemplazar los generadores de vapor de las plantas de Ascó y Almaraz, unos elementos que podrían no cumplir los estándares de calidad, subrayan, de acuerdo con las revelaciones recientes de las irregularidades y deficiencias en el proceso de fabricación. A pesar de todo, Greenpece admite que todavía no queda claro si estas instalaciones han recibido, finalmente, algunos de los elementos defectuosos. En este sentido, confían en que a finales de este mes de mayo, una vez el regulador francés reciba toda la información de manos de la multinacional, se puedan disponer de datos más concretos.
El escándalo porel caso Areva estalló el pasado 26 de abril, cuando la multinacional informó a la autoridad de seguridad nuclear francesa (ASN), que después de analizar los registro de producción de su filial Le Creusot Forja, se habían identificado 400 irregularidades en el mismo número de componentes producidos desde 1965. El origen fueron las fisuras y defectos estructurales en detectados a finales de 2015 durante la construcción del reactor de la central nuclear de Flamanville, en el norte de Francia. Según han remarcado los ecologistas, las irregularidades incluyen desde inconsistencias, modificaciones u omisiones en los archivos de producción, en relación con los parámetros de fabricación o resultados de las pruebas. La misma Areva, recuerda, confirmó que estos registros fueron falsificados y que de los 400 componentes alterados, 50 habían sido instalados en nucleares francesas. Todavía se desconoce, sin embargo, dónde fueron a parar los 350 restantes.