Cerca de 350 enfermos reciben atención psicosocial al final de sus vidas en la demarcación
La mayoría de enfermos asistidos son personas con cáncer terminal
Uno de los momentos más duros a la vida es cuando llega el final de un ser amado causado por una enfermedad grave. Siempre será difícil de lindar|afrontar, tanto para|por el propio enfermo como para|por sus familiares y amigos, pero con asistencia psicosocial se puede ayudar a que el momento sea más soportable. Esta es la tarea que desde hace siete años realiza el Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Adelantadas, de la Obra Social La Caixa.
A Tarragona el programa llegó el pasado 2015 de la mano de la Fundación Vilaniu, de Valls. Desde entonces, los Equipos de Asistencia Psicosocial ya han atendido a 349 pacientes y 612 familiares. La gran mayoría de estos enfermos, un 98%, se encuentran en situación de patología oncológica terminal, y también tienen algún tipo de creencia espiritual. Estos últimos son, concretamente, un 70% de los atendidos. Los centros hospitalarios de la demarcación que acogen estos servicios son Pius Hospital de Valls, el Hospital UniversitariJoan XXIII de Tarragona y el Hospital SociosanitariFrancolí, también de Tarragona. También hay tres equipos de apoyo|soporte domiciliario, el PADES Alt Camp-Conca de Barberà, el PADES Tarragona y el PADES Tarragonès.
Con esta iniciativa, la entidad Vilaniu impulsa una atención integral que tiene en cuenta tanto el apoyo|soporte emocional y social, espiritual al paciente y a sus familiares, como la atención al luto, el apoyo|soporte a profesionales de curas paliativas y el acompañamiento a cargo de voluntarios.
En el resto del estado
La Obra Social la Caja ha hecho crecer su Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Adelantadas con la intención de atender a un número más alto de personas que se encuentran al final de su vida y sus familiares. Hoy se implementa en 109 hospitales en toda España, a través de 42 equipos de atención psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios. Desde que se puso en marcha en el 2009, el programa ha atendido a 90.000 pacientes y 131.000 familiares a todo el Estado español, con una acogida y una valoración muy buenas por parte de pacientes, familiares y comunidad médica.