«Dentro del mundo homosexual también hay homofobia y transfobia»

Miquel Reverte es el presidente de la asociación H2O, el colectivo gay, lesbiano, bisecual y transexual del Campo de Tarragona. Se define como homosexual y lleva10 añosal frentede esta entidad. Coincidiendo con el Día Internacional contra la homofobia y la transfobia, Reverte quiere aclarar algunos conceptos y desmentir algunos tópicos.

— Luchan cada día contra la homofobia, pero en su día internacional qué es lo más importante a reivindicar?

—Lo que más deseamos es que este día no se tuviera que celebrar. Se conmemora que en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiraba la homosexualidad de su lista de enfermedades. Ahora bien, en un día como este lo que queremos reivindicar es que la transexualidad no es una enfermedad, sin embargo, en cambio, si lo es la transfobia, que es el miedo a las personas transexuales. También queremos reivindicar que la disfòbia no es una enfermedad, sino que es un malestar con tu propio cuerpo, no te sientes cómodo en tu cuerpo.

—En los últimos años se han empezado a oírnuevos conceptos comoqueer, no binario, etc. ¿Cómo se engloban estos dentro de los marcos de la transexualidad?

—Es complicado hablar sobre la libertad del propio cuerpo. Desde de H2O nos estamos centrando bastante en todos estos conceptos, al ser el cual quieras ser. Antes te definías, dentro de la transexualidad, como hombre o mujer y todo lo que eso comportaba. Ahora hay nuevos conceptos. El transgénero, a diferencia de la personal transexual, se siente perteneciente a otro género y no con lo que ha nacido, pero no tiene la necesidad de modificar el cuerpo a través de la medicina para alcanzarlo. Y el no binario no quiere definirse en ningún género en concreto, ni como hombre ni como mujer, y tener, a la vez, aspectos de los dos.

—Considera que la sociedad es cada vez menos homofóbica?

—El mundo transexual, de gais y lesbianas, etc es muy complicado de entender. La homosexualidad está asumiendo, en más o menos medida, porque entra dentro de la normativa y la transexualidad ya está fuerza aceptada. Yo soy homosexual y ahora voy al bar y no tengo ningún problema, pero hace veinte años eso no pasaba. Los prejuicios se han ido perdiendo en la sociedad. Ahora bien, en los lugaresmás rurales del Camp de Tarragona todavía cuesta mucho. Hay que decir, sin embargo, que dentro del mundo homosexual también hay transfobia y homofobia. Por ejemplo, en el mundo homosexual hay quien tiene fobia a las personas a las cuales se considera que tienen “pluma”.

—Considera que las instituciones han contribuido en esta mejora y normalización?

—En parte sí. Hay una ley de octubre del 2014 contra la homofobia y la transfobia pero no se está aplicando. No está desarrollada. Habría que ir a las escuelas para explicarlo, aplicarlo a los libros de texto, extenderlo en el mundo cultural o policial, etc. Hace falta socializar más a la gente y que entiendan qué es este todo este mundo. Considero que en pequeñas y medias ciudades hay poca visibilització de la transexualidad y todavía hay reticencias. No es el caso de Barcelona, por ejemplo.

—Y concretamente en el Camp de Tarragona?

—La situación está muy bien, desde la asociación siempre hemos hecho mucha visibilidad y normalización. Además, siempre hemos intentado socializar con otras instituciones y dar a conocer nuestra causa. En este sentido, el Camp de Tarragona, a excepción de algunas zonas más rurales, está bastante bien.