Los ampas de la ZER El Francolí convocan una jornada de escuelas rurales a la Masó

El pasado 4 de junio la Masó acogió la jornada de escuelas rurales 'Hacemos escuela, hacemos pueblo', organizada las ampas de la ZER El Francolí, con la colaboración del Grupo Interuniversitario de la Escuela Rural (GIER). La ZER El Francolí está formada por las escuelas Els Til·lers, de la Masó, y Rocabruna, de Picamoixons y el próximo año se incorporarán la Riba y Mont-ral.

El encuentro se inició en Els Til·lers. Allí, Robert Vallverdú —exalumno del centro e historiador— repasó la evolución del centro desde el momento que Eugeni d'Ors la inauguró el 1919. Els Til·lers es la primera de las cuatro escuelas que levantó la Mancomunidad de Cataluña.

A continuación, pequeños y grandes cogieron fuerzas con las magdalenas de Mont-ral y empezaron a enfilarhaciala Llar Social, acompañados por el toque de grallade Espaitrad. En la plaza de la LlarSocial, los niños se asomarona los espacios de juego que les habían preparado, y en el salón de actos los mayores participaron en una conferencia debate.

Laura Domingo —profesora de la Universidad de Vic y miembro del GIER- expuso la ponencia 'Potencialidades de la escuela rural'. Después de desmontar muchos de los tópicos que se asocian a estas escuelas, reflexionó sobre las posibilidades pedagógicas que reúnen. La Dra. Domingo subrayó la multigraduación (es decir, los grupos clase formados por alumnos de diferentes edades).

Para acabar la ponencia, acentuó que había que rehuir la idea de un modelo único de escuela rural. Emplazó a los equipos docentes y las comunidades educativas a avanzar en un modelo propio que ponga al alumno en el centro, que se esfuerce en potenciar la curiosidad de los niños y que se responsabilice a crear situaciones que estimulen el deseo de aprender.

A continuación, Francesc Xavier Grau —padre de exalumnos de la escuela de la Masó, catedrático universitario y rector de la URV (2006-2014)— abrió el debate. Por una parte, planteó que los modelos pedagógicos integrados, o que buscan actividades globalizadas como vía para estimular el aprendizaje, son los más deseables; pero preguntó como|cómo y de qué manera el sistema público puede supervisar la calidad de las diferentes propuestas educativas que aparecen dentro de la escuela pública.

Al mismo tiempo, invitó a analizar la dotación presupuestaria que los gobiernos actuales destinan a garantizar la calidad de la educación y como condiciona este hecho la implantación de cambios pedagógicos a que favorezcan la excelencia. Para acabar, Grau explicó que, como familia, siempre tuvieron claro que la escuela de la Masó era la opción educativa para sus hijos, porque, desde su punto de vista, las escuelas rurales constituyen un marco idóneo, sobre todo, para las etapas formativas iniciales de los niños.

Después, Teresa Franch —técnica territorial de la FAPAC en el Campde Tarragona y el Priorat— expuso la importancia a que las familias participen en las escuelas como medida para garantizar la calidad y la inclusión en los centros educativos. Franch remarcó que, en el marco de una escuela rural, donde el entorno es mucho más próximo, es importante que existan canales de participación de calidad para que las familias puedan retroalimentar la escuela y la comunidad donde esta se inscribe.

A continuación, Núria Gavarró —directora de la ZER El Francolí— localizó el debate explicando cómo está formada actualmente la ZER y qué implicaciones cotidianas tenían algunas de las cuestiones debatidas.

Sobre la una y media, el intercambio de opiniones y el espacio de encuentro se trasladó al exterior del local, dondeun concierto vermú, animado por Xavi Picarols, cerró la jornada.