Enamorado de una planta en peligro
Un vecino de Mont-roig cuida desde hace 28 años una planta protegida e incluso realiza visitas guiadas
La historia del enamoramiento deJosep Vallès, un vecino de Mont-roig del Camp, por el Drago, una planta en «peligro de extinción» (según asegura el propietario) y catalogada como especie protegida en Canarias desde el 2010, viene de muy lejos. Concretamente de 1973, cuandoel hombre se desplazó a Tenerife para ver jugar alNàstic. «La primera vez que vi esta planta me impresionó. Aquel Drago era un monstruo enorme», apuntaba. Fue tal la fascinación que decidió coger un puñado de semillas, con el fin de plantarlas en el jardín de su casa al volver. Veintiochoaños después, suDrago no es un vegetal cualquiera. Vallès se dedica a mostar-lo, organiza incluso visitas guiadas para un máximo de 6 personas al día. No más, porque teme la contaminación. «Por los lugaresdonde pasan muchos vehículos la planta no crece», indicaba. El otro elemento que le da miedo es el clima, ya que el tiempo del mediterráneo varía del canario. «El problema viene si estamos muchos días con temperaturas negativas y no llegamos a los 10 grados. En este caso, cojo el fuego que tengo y lo pongo en el suelo, al lado del Drago, con el humo se caliente el aire frío», decía.
Por si no fuera suficiente, Vallès mima la planta y sus esquejes continuamente. «Me la miro tres veces al día», admitía. Ha llegado al punto que incluso piensa analizar la costra de una pequeña herida provocada seguramente por un animal, para comprobar de qué está hecha y poder descifrar el misterio de su robustez. El hombre asegura que el Drago es inteligente. Y sabe ganarse su propio territorio. «Cuandohe plantado otros árboles al ladoelmismo Drago los sabe apartar, necesita mucho espacio y le molestan», aseguraba.
En estos 28 años, Vallès ha vivido tres momentos muy especiales con la floración. Y es que esta planta sólo realiza este proceso cada «8 o 10 años». Es el momento donde las flores sueltan las semillas y puede ampliar el número de integrantes de Drago en su jardín (aunquela gran mayoría no llegan a crecer).
Muchos son los visitantes que le piden un pequeño esqueje para poder reproducir la colosal planta que Vallès tiene, pero él asegura que no da a cualquiera, «Estudio muy bien. Ya se ve a quién realmente le gustan las plantas y la naturaleza».