Nuevo enfrentamiento entre los ocupas y los vecinos de Villajardín en Vilafortuny por el uso de la piscina
Cinco patrullas han tenido que desplazarse hasta el lugar de los hechos ante las amenazas de los foráneos
No han pasado ni diez días cuandoun numeroso grupo de ocupas forzó una vivienda a la urbanización Villajardín de Vilafortuny a plena luz del día que, este jueves, los propietarios han tenido que llamara los Mossosd'Esquadrapor los nuevos insultos y amenazas que les han proferido.
Los hechos han sucedido alrededor de las seis de la tarde cuando la familia de etnia gitana que ocupa el número 59 de este complejo residencial de adosados ha llevadoa un numeroso grupo de personas a la piscina comunitaria que hay en el recinto. Según los vecinos, más de diez personas, entre adultos y niños, familiares de los ocupas, se han instalado en los jardines de la urbanización y han empezado a bañarse en la piscina. Algunos de los propietarios han requerido al presidente de la comunidad vecinal que les prohibiera el baño. El presidente, Juan López, les ha instado a salir de la piscina, pero, al no hacerle caso, algunos de los vecinos se han enfrentado a los foráneos. Según los propietarios, han recibido nuevos insultos y amenazas y, finalmente, han llamado a los Mossosd'Esquadra.
«Han dicho a algunos vecinos que entrarían en sus casas cuándo se marchen de aquí», ha asegurado un testigo. Cinco patrullas de Mossos han respondido a la llamada de los vecinos y, después de identificar los ocupas y hablar con ellos dentro de la vivienda, se han marchado.
La versión de los ocupas
La versión de los ocupas es, sin embargo, diferente. Según una de las personas que vive en la casa ocupada, Juan Ángel Molina, no han sido diez, sino ocho, las personas que había en el recinto: cuatro adultos vigilando a cuatro menores que se estaban bañando en la piscina. «Han salido de la piscina pero una de las vecinas se ha acercado a una de mis nietas de forma grosera y, otros, han empezado a tirar los teléfonos por el suelo y aquí es cuandoha empezado todo», afirma Molina.
Según el hombre, han sido los vecinos los que han empezado a amenazarlos a ellos. «Han faltado elrespecto a una de mis nietas y ahora está traumatizada», ha explicado. Juan Molina defiende que él y su familia son gente pacífica y que está atravesando una difícil situación, lo que los llevó a ocupar la vivienda de Villajardín ahora hace diez días. «Les he dicho que estaba dispuesto a pagar la comunidad. El presidente, de hecho, me ha dicho que mis hijas se podían bañar en la piscina, teníamos su autorización. Hoy han venido unos familiares y se han querido bañar en la piscina, pero eso no pasa cada día», defendía. Molina afirma que sólo un juez puede dictar si pueden o no continuar en la vivienda ocupada.