Ocupan dos nuevos chalets en la urbanización de Vilafortuny
Uno es el número 3 de la calle Arístides Mallol, donde entraron el pasado 21 de agosto, y, el otro, se encuentra en la calle del Castell d'Almansa
Laocupación de casas vacías, propiedad de entidades bancarias, se empieza a convertir en una problemática que crece a un ritmo acelerado y preocupante paralos vecinos de Vilafortuny, Cambrils.En la entrada en el número 59 de la urbanización Villajardín de Vilafortuny, que se produjo el pasado 9 de agosto, a plena luz del día y que causó el enfrentamiento entre los ocupas y los propietarios, hay que sumar ahoralaocupación de dos casas más que se han producido en los últimos días.
El pasado 21 de agosto estuvo ocupada una gran casa unifamiliar, el número 3 de la calle de Arístides Mallol. Esta vivienda pertenece a la urbanizaciónEls Tallats. Según algunos vecinos de la zona, hasta entonces un cartel que anunciaba la venta de la casa colgabaenuna de las fachadas. Después de la entrada, el cartel ha desaparecido.
A poca distancia de este chalet, otra casa unifamiliar ha sido ocupada. Se trata de una vivienda singular, de una sola planta y con forma cúbica, que está situadaen la esquina entre la calle del Castell d'Almansa y la avenida Vilafortuny. En este caso, la entrada de los ocupas se habría realizado forzando una de las rejas y su presencia es habitual en su interior desde hace unos días.
Éstas dos nuevas entradas se suman a la que se produjo el pasado 9 de agostoenuno de los adosados de la urbanización Villajardín. El enfrentamiento de entonces, entre los vecinos y los ocupas, se repitió diez días después –el 18 de agosto– cuando los ocupantes invitaron a otros miembros de su familia a disfrutar del recinto comunitario, que tiene jardines y una gran piscina. La pelearequirió, de hecho, la presencia de los Mossosd'Esquadra. Estas entradas ilegales se añaden a las ya conocidas en la avenida de las Flors, también de Vilafortuny, a la de otra casa unifamiliar en el Vial del Cavety a numerosas calles de la zona.
Según aseguran, parte de los ocupas provienen de la provincia de Barcelona y, según algunos vecinos, algunos van cambiando de casa para evitar así su identificación por parte de la policía que es, de hecho, lo único que puede hacer cuando son requeridos por el vecindario, comosucedió en el caso del número 59 de Villajardín.