Diari Més

Una veintena de tarraconenses se encuentran en un proceso de cambio de género real

Según los colectivos que informan sobre la transexualidad, «la identidad sexual depende del sentimiento interior y no de los genitales»

Los padres de Dani, que ahora tiene 9 años, se dieron cuenta de que «tenían un hijo con vulva».

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Una veintena de personas de la demarcación de Tarragona se encuentran, actualmente, en un proceso de cambio de género real. Así lo recogen dos de los colectivos que trabajan para la normalización de la diversidad sexual, la entidad H2O y Chrysallis, –la Associacióde Famílies de Menors Transsexuals-. Según estos colectivos, cada vez son más los menores que deciden hacer este proceso (transición), aunque no hay datos ni estadísticas concretas, «porque todavía es un tema muy tabú entre la sociedad y, a menudo, se tapa», explica Claudia Viñals, técnica de salud de H2O.

La idea que ambas entidades quieren expresar es que «la identidad sexual depende del sentimiento íntimo de cada persona y no de los cromosomas o de la configuración de los órganos reproductores», explica David Tello, presidente de Crysallis, que añade que «la única cosa que diferencia ser hombre de ser mujer son los genitales, cuandono es así». Por otra parte, Tello reconoce que existe un cierto desconocimiento del tema por parte de la sociedad y que, «culturalmente, según la sociedad, los genitales marcan el comportamiento».

Desde el año 2012, H2O ha hecho el acompañamiento a once personas –adultos y menores– en este proceso. «Los pediatras y los médicos no tienen mucha información sobre el tema, entonces nos derivan los casos», explica Viñals. El siguiente paso es conocer la realidad de cada persona: saber si tiene el apoyode su familia, si ya lo ha explicado a su entorno, etc. «Después, si lo necesitan, les explicamos dónde tienen que dirigirse para empezar a hacerla hormonación», explica Viñals. Actualmente, en Cataluña sólo hay dos centros dónde se pueden llevar a cabo procesos de hormonación, como son el Hospital Clínicy el Centre d'AtencióPrimària Manso, los dos de Barcelona.

Por otra parte, desde de H2O se quiere dejar claro que este proceso es muy variable dependiendo de los casos, ya que «quizás alguna persona tiene suficienteencambiar su manera de vestir o cortarse el pelo, en cambio hay casos que necesitan la operación de genitales para sentirse lo que son. Cada uno para el proceso donde quiere», explica Claudia Viñals.

Garantizar los derechos

Por su parte, la asociación Crysallis, que se dedica a informar y asesorar a los padres que tienen «hijos con vulva e hijas con pene» sobre cuáles son los pasos que tienen que seguir, luchan día tras día por defender los derechos de estos menores. «Un niño transexual no nace en un cuerpo equivocado, forma parte de la diversidad», explica David Tello, presidente de Crysallis Catalunya. Desde la asociación se rechaza tratar como una enfermedad la situación. «Nuestros hijos no necesitan ir al psiquiatra, no necesitan ayuda», explica Tello. Con respecto al ámbito legal, la entidad reivindica una ley que hable de los menores transexuales, «ya que la actual es anticonstitucional». En el ámbito de la educación, Crysallis reconoce que se ha adelantado mucho, aunque hasta hace poco, la misma entidad se encargaba de entregar un protocolo, que contempla temas como el profesor se dirija al alumno con el nombre que se identifica, facilitar el acceso a los lavabos y vestuarios que correspondan y evitar la realización de actividades diferenciadas por sexos.

«Cuando nos dimos cuenta de que nuestro hijo tenía vulva, todo cambió»

«Nos dijeron que habíamos tenido una niña, pero nadie nos dijo que podía ser un niño». Ésta es la historia de Elena y de David, que empieza hace nueve años, cuando tuvieron un hijo, Dani. Dani nació con genitales «que la sociedad cree que son femeninos», pero muy pronto los padres se dieron cuenta de que él era un niño. «Cuando tenía cuatro años me preguntó cuándo se podría cambiar de nombre. Yo le decía que cuandotuviera 18 años. Él contaba los años que le quedaban y se echaba a llorar», explica Elena, que añade que «cuando él decía que era guapo, lo rectificábamos, y eso es un error». Elena y David no tenían información sobre las personas transexuales, «pero cuando nos dimos cuenta de que teníamos un hijo con vulva, todo cambió», explican los padres, que se dirigieron a la asociación Crysallis en busca de información. Dani ya tiene nueve años y, por fin, es quien quiere ser. En un primer momento, los padres tuvieron que explicar a la escuela el caso, ya que antes no había protocolos. El proceso, según explican los padres, fue muy rápido. Actualmente, Dani ya dispone de su DNI real y de su tarjeta sanitaria. «Dani nos ha dado una lección», dicen.

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