Los 25 radares de la demarcación han recaudado 8,5 millones de euros el último año
El número de multas generadas por exceso de velocidad por los aparatos que dependen del Servei Català de Trànsit suman 184.812
Los veinticinco radares que dependen del Servei Català de Trànsit (SCT) ubicados en carreteras de la provincia de Tarragona han comportado para las arcas públicas un total de 8.589.654 euros en el último año, según fuentes de este organismo.
La suma de las multas impuestas en las carreteras de la demarcación llegan a las 184.812 sanciones, todas por exceso de velocidad. Las cifras estadísticas de estas sanciones varían enormemente dependiendo del punto kilométrico y la vía dónde están ubicados, ya que se da la curiosa circunstancia que el radar que más recauda es el ubicado en la autopista A-7, en Amposta (2.432.175 euros) y, paradójicamente está en el mismo término municipal donde otro aparato ha recaudado unos «míseros» 1.150 euros (N-340 km. 1074-1979). Todavía bajamos más el listón, ya que el mismo tramo en sentido contrario sólo ha «fotografiado» 16 infracciones, tanto es así que probablemente en cinco años todavía no se habrá amortizado la «máquina», con los 650 euros provenientes de las sanciones.
El segundo radar que más conductores ha pillado apretando demasiado el acelerador está ubicado también en la AP-7, unos kilómetros antes en dirección a Castellón. Concretamente al término de l'Ametlla de Mar, dónde se han impuesto 24.011 sanciones que han comportado una recaudación de 1,1 millones de euros.
Un radar de Reus, inesperado
Todos los anteriores fijan la velocidad máxima en 120 kilómetros por hora, ya que se encuentran en vías rápidas con este límite. También es de suponer que muchos de los multados en las autopistas son personas en tráfico provenientes del sur del Estado y en dirección a Europa, o viceversa. Pero dónde seguro que se«caen» muchos conductores autóctonos es en el radar ubicado en la N-420a, al kilómetro 879,314. Un tímido límite de 70 proveniente de una vía rápida sorprende inesperado en el conductor, un radar -inesperado bajo un scalextric donde muchos conductores de la zona han sido multados, hasta que han conocido la existencia del aparato, que ha recaudado una cifra de euros que llega a tocar los 900.000 proveniente de 21.058 bolsillos. Los municipios donde están ubicados los otros radares más valiosos por Tráfico son: Ulldecona (723.160 €), Reus (T-11 km. 2,337) con 429.094 euros de recaudación; Alcanar (N-340, km. 1062,493), con 416.640 recaudados; el ubicado en la C-31b, km. 8,235 de Tarragona, que ha dado 330.190 euros de «beneficio» al SCT.
Alcover, Vallmoll, la Selva del Camp, el Vendrell, Riudecols (2), Montbrió del Camp, el Perelló, l'Ampolla, Riudoms, Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant y Torredembarra son los otros municipios donde se ubican radares.
La AP-7 y la N-340, líderes
Por lo que hace a la estadística que sanciones por exceso de velocidad fotografiadas, la vía que más dinero ha recaudado mediante este servicio de detección es la autopista AP-7. Sólo en esta carretera de doble sentido se ha recaudado prácticamente el 50 por ciento del total (4.531.685 euros) de la provincia. Le sigue, una curiosidad de la estadística, el pequeño tramo de la N-420a de Reus que alguien ubicó con muy buen ojo en aquel sitio, ya que ha reportado 895.480 euros en un lustro. Tanto es en así que sumando todo lo que han multado los radares ubicados en los 150 kilómetros de la N-340 que pasan por la provincia de Tarragona se supera tímidamente la cifra anterior (1.047.195 euros).
A pesar de la impopularidad de estas medidas, y de otros que paralelamente se han puesto en práctica para asustar a los conductores del país, la verdad –dicen los responsables de tráfico– es que se ha reducido considerablemente el número de accidentes mortales registrados a Cataluña.
La concienciación social ayuda, pero también lo hace el miedo de muchos conductores a ser captados por alguno de estos «indeseables» aparatos. Sin embargo, las estadísticas, que tenían una progresión a la baja, se han estancado un poco en los últimos tiempos.
Radares fantasmas
Uno de los datos más curiosos de esta estadística son los radares «fantasmas», que sólo existen para disuadir y hacer reducir la velocidad, pero que sólo se trata de una caja vacía o sin funcionamiento. Siete son los puntos donde el SCT ha instalado este sistema, que parece que funcionan bien en la zona del Ebro, ya desde Ulldecona y Xerta hasta Camarles se han ubicado seis, el otro se encuentra cerca de la ciudad de Tarragona, concretamente en la carretera de los Pallaresos.
En los aparatos cinemómetros citados se tendría que sumar los que los ayuntamientos y sus policías locales ubican estratégicamente, tanto móviles como fijos, especialmente al paso por el núcleo urbano, muchos de ellos anunciados, pero sin efectividad, y que acostumbran a limitar a 50 o 40 km/h la velocidad.
En todo el territorio de Cataluña, el último año casi cuatro millones de euros han ido a parar a las arcas de la Generalitat en concepto de sanciones por radar.