Una pelea entre un joven y un adulto en Mas Enric confirma los miedos sindicales

Una pelea entre dos reclusos, un joven y un adulto, en el Centro Penitenciario de Mas Enric la tarde del pasado domingo, ha confirmado los miedos que los sindicatos expresaban días atrás. Estas inquietudes surgieron cerca que el colectivo de presos jóvenes y adultos comparten módulo y espacios, todo y que no las celdas. Mientras que los de menor edad están ingresados en el centro en concepto de preventivos, a la espera de juicio, el colectivo de adultos se encuentra en una situación diferente, ya que están saliendo o esperando hacerlo pronto, en concepto de permiso.

Esta peligrosa mezcla, que según Justícia es un hecho coyuntural, ya ha producido el primer resultado: un preso transexual dio un golpe con una escoba y mordió el brazo de uno de los menores. Al oír los gritos, los dos funcionarios de servicio, que se encontraban repartiendo la medicación, corrieron hacia el patio. Al llegar, los dos reclusos ya se habían separado, lo que hizo necesario pedir las imágenes registradas por las cámaras de seguridad para poder comprobar lo que había sucedido.

Según fuentes sindicales, «por Justicia este módulo es un paraíso, pero este hecho demuestra que no es así». Las mismas fuentes consideran que aunque la prisión tiene unas instalaciones dignas, la carencia de personal hace que no sea un centro completamente seguro. Como se ha podido ver en este caso, «las cámaras no pueden sustituir el trato de los funcionarios penitenciarios».

El adulto fue ingresado en el departamento Especial de Régimen Cerrado, (DERT), dónde está continuamente vigilado, aislado y sólo puede salir a un patio con rejas. Diari Més reflejaba hace unos días la denuncia de los sindicatos sobre la problemática situación que vivía el centro penitenciario a raíz del incumplimiento de la Ley orgánica general penitenciaría donde se cita textualmente en su artículo 9: «Los jóvenes tienen que cumplir separadamente de los adultos en establecimientos diferentes o, en todo caso, en departamentos separados».

Se da la circunstancia del hecho que los jóvenes, en Mas Enric, piden a los adultos que salen de permiso que les traigan artículos o que les hagan encargos personales. Cumplir con estas extorsiones comporta para los adultos la posibilidad de perder el permiso de que disfrutan, según afirman fuentes sindicales. Esta situación comporta tensiones, como se ha visto el domingo. Los cinco sindicatos firmaron una petición a Justicia para que «garantice el cumplimiento de la ley y dote el centro de más personal».