Mas d'Enric es la prisión catalana con más agresiones graves por ratio de internos
De enero a octubre se han producido dos agresiones graves a funcionarios, tantas como las que sucedieron en seis años en la antigua prisión de Tarragona
La prisión de Mas d'Enric, que acoge a la totalidad de reclusos en régimen ordinario y cerrado de la provincia de Tarragona, registra este 2016 el mayor número de agresiones graves a funcionarios penitenciarios, del total de prisiones que hay en Cataluña, si se compara el número de internos, 387 (datos de la última semana), por el número total de agresiones con un dictamen grave, dos (hasta el 31 de octubre). Estas cifras del Departamento de Justicia dibujan una ratio de agresiones por recluso del 0,0051 en Mas d'Enric. Ninguna otra prisión catalana pasa del 0,0043, de hecho la media de los centros de régimen ordinario y cerrado se queda en el 0,0027. Son cifras muy pequeñas, casi anecdóticas, pero que comparativamente, reflejan que los funcionarios de Mas d'Enric están expuestos a más riesgo que el resto.
Hablando en número absoluto de agresiones graves, es sorprendente, que de otros centros penitenciarios de Cataluña con una población reclusa mucho más elevada, lleven registradas hasta el 31 de octubre, la mitad de agresiones graves (sólo han sufrido una) que la prisión del Catllar: es el caso de la histórica Modelo, llamada oficialmente Hombres de Barcelona, que acoge 923 internos (cerca de triplicar a la tarraconense), o la de Puig de les Basses en Figueres, donde se quedan cerrados 736 reclusos (que duplica en Mas d'Enric).
Si bien, siguiendo con valores absolutos, un mayor número de agresiones graves se han producido en los centros penitenciarios barceloneses de Brians1 y Brians2, con cinco y cuatro episodios respectivamente, pero la población reclusa es muy superior a la del centro tarraconense, con 1.146 y 1.344 presos cada una. Eso hace que la ratio de agresiones graves por interno sea del 0,0043 en la primera y del 0,0029 en la segunda. También queda por encima de la del Catllar en cifras absolutas, Quatre Camins, con tres agresiones de gravedad. Pero esta también multiplica por cuatro el número de encarcelados con respecto a la tarraconense, de hecho es la que acoge a más reclusos de Cataluña: 1.356, eso hace que la ratio de agresiones graves por número de presos se sitúe en el 0,0022.
Así, aunque tres centros penitenciarios superan, en valores absolutos, las agresiones graves que se han producido a Mas d'Enric, ninguno consigue pasarla en la comparativa de ataques graves por el número total de reclusos de cada prisión.
2016, año récord de agresiones
En los últimos siete años, nunca se habían producido en la prisión de la demarcación de Tarragona tantas agresiones de gravedad contra los funcionarios como hasta ahora. En el antiguo centro penitenciario de Tarragona, situada en la avenida de la Argentina, sólo se desencadenaron dos episodios violentos graves contra el personal de la prisión entre 2010 y 2015. Es decir: en los diez meses contabilizados del 2016 en Mas d'Enric, ya se han registrado las mismas agresiones de carácter grave que en los seis años anteriores. Aparte, hay que sumar las agresiones leves, que no han experimentado un cambio sustancial en este periodo: el año 2010 se produjeron tres, en el 2011 una, en el 2014 tres más, y finalmente este año se acumulan también tres en el nuevo recinto.
Las agresiones graves a los funcionarios de Mas d'Enric se han producido, una en el Departamento Especial y el otro al Módulo número 2. Este último es un lugar de la prisión especialmente problemático e inestable, ya que se trata de una zona donde se agrupan entre muchos otros, presos de tóxicos y reclusos con problemas psiquiátricos. El hecho de no abrir desde un buen principio los nueve módulos –cuenta con siete ordinarios y dos más para mujeres y jóvenes– ha hecho que se tengan que asignar internos de tipologías mucho diversas a un mismo espacio.
A esta circunstancia se suma lo que, desde la entrada en funcionamiento de la prisión, venden denunciante sindicatos y profesionales: el bajo número de funcionarios que el Departamento de Justicia de la Generalitat tiene asignados en la prisión. Esta situación ha originado en más de una ocasión problemas graves, como la madrugada del 6 de junio, cuando un interno provocó un incendio en su celda. Sólo había ocho profesionales trabajando en toda la prisión, lo que produjo que no se pudiera reducir al interno de forma inmediata.
El hombre, huyó deprisa y se acabó atrincherando en la zona polideportiva. Simultáneamente, el bajo número de funcionarios en servicio, tenían que desalojar los noventa de internos hacia el patio para evitar la ingesta de humo. La dirección de la prisión, ante esta situación de descontrol en plena madrugada, se vio obligada llamar a otros trabajadores que estaban fuera de servicio con el fin de reforzar a la guardia, en una situación de descontrol absoluto. Una semana después, este mismo interno mordió a una funcionaria del centro.
Desde este episodio, la dirección de la prisión incorporaron una decena de funcionarios más aquel mismo mes. Con todo, los sindicatos han seguido pidiendo un aumento sustancial del número de profesionales.