Diari Més

Indignación por el nuevo retraso del tramo de vía desdoblada entre Vandellòs y Tarragona

La Plataforma Trens Dignes califica de «impresentable» el anuncio del ministro de Fomento

El Gobierno presentará una propuesta de prioridades y un calendario de obras para el corredor del mediterráneo en octubre

El Gobierno presentará una propuesta de prioridades y un calendario de obras para el corredor del mediterráneo en octubreACN

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El anuncio de un nuevo retraso en la puesta en servicio del nuevo tramo de vía del Corredor Mediterráneo entre Vandellòs y Tarragona ha generado indignación entre las entidades del territorio que defienden la mejora del transporte ferroviario. La Plataforma Trens Dignes en las Terres de l'Ebre y el Priorat ha calificado de «impresentable» que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, haya pospuesto hasta abril de 2018 la apertura –en pruebas- de un tramo que, según anunció su antecesora en el cargo, Ana Pastor, tenía que entrar en funcionamiento al principio de este año, después de numerosos retrasos. El portavoz del movimiento social, Josep Casadó, ha puesto incluso en duda la nueva fecha porque, asegura, el gobierno español todavía no ha ni encargado muchos de los elementos que se tienen que instalar en la vía para hacerla operativa. Trens Dignes también ha lamentado que el encuentro entre de la Serna y el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, no haya servido para concretar inversiones que permitan mejorar el acceso de los trenes de cercanías a Barcelona, uno otros de los grandes problemas que se identifican en la red.

«Es impresentable y no entiendo cómo alguien puede celebrar que se pondrá en marcha algún día», ha asegurado Casadó, refiriéndose no sólo al nuevo aplazamiento verbalizado por el ministro sino también a la reacción del conseller Rull que, a pesar de criticar los retrasos experimentados, ha puesto en valor el compromiso del gobierno español. Sin embargo, Trens Dignes pone en duda, incluso, que el Ministerio de Fomento acabe cumpliendo la nueva fecha. No sólo por los reiterados retrasos en la finalización de una obra que se ha ido posponiendo constantemente a lo largo de los últimos años.

Según Casadó, el gobierno español todavía no ha ni encargado los «cambios de aguja» y los «desvíos» que se tienen que instalar en la vía, como tampoco los trenes «híbridos» que tienen que permitir alternar el ancho de vía ibérico con el europeo más allá del intercambiador previsto entre la T-11 y el sur del aeropuerto de Reus. «Eso representa adquirir nuevos materiales y no se hace de un día para el otro», ha asegurado. Se trata de piezas que se tienen que pedir por encargo concreto. «No nos creemos nada de lo que se dice. Queremos ver que se trabaja y no se está haciendo porque no tienen el material encargado: no lo pueden instalar porque no existe», ha resumido.

El cuello de botella que actualmente forma el tramo de vía única entre Vandellòs y Tarragona es uno de los argumentos técnicos que dificultan la mejora de los tiempos de trayecto entre las Terres de l'Ebre, el Camp de Tarragona y Barcelona. Su puesta en marcha, sobre el papel, permitiría reducir en 35 minutos un trayecto que durante los últimos años acumula retrasos sustanciales e innumerables incidencias. En este sentido, uno de los aspectos fundamentales que, creen desde la Plataforma, tampoco ha abordado la reunión entre de Serna i Rull, más allá de la discusión por el traspaso de Rodalies y el estado general de las inversiones en la red, es la necesidad de implementar proyectos de mejora de los accesos ferroviarios a Barcelona. Consideran que es una de las limitaciones fundamentales para la mejora del servicio. «Es fundamental. Si no hay entradas para Barcelona siempre estaremos igual: hay sólo dos vías para llegar», ha apuntado Casadó.

La Plataforma también ha puesto en duda, nuevamente, el futuro proyecto de tercer hilo para dotar de ancho europeo el Corredor Mediterráneo. Consideran que la decisión de no implantarlo en todo el trayecto, que de momento se quedará únicamente con el ancho ibérico, y optar por este tercer hilo tendrá un «coste brutal» de recursos públicos. Concretamente, en aspectos como el cambio de los sistemas informáticos, las señalizaciones y los controles de la línea. «Tendrían que poner ancho europeo a todo el trayecto y si hay problemas con algunas empresas de transporte de mercancías –que apuestan por el mantenimiento del ancho ibérico- saldría a cuenta a ayudarlos a hacer los cambios necesarios, porque costará una fortuna inmensa,» ha cerrado.

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