Vila-seca y el Camp de Tarragona, en el punto de mira de piratas y corsarios

Una profunda investigación en archivos y bibliotecas llevada a cabo por el historiador Pedro Otiña Hermoso ha culminado con la publicación del libro ‘Pirates i corsaris. Els atacs contra Vila-seca i la costa del Camp de Tarragona’, un estudio editado por la Sección de Letras de la Agrupación Cultural de Vila-seca, que se presentó el pasado viernes 20 de enero dentro del programa de la Fiesta Mayor de Sant Antoni.

En su libro, el también especialista en Archivística muestra las evidencias del ataque a la costa de Vila-seca de algunos de los principales corsarios que operaban por el Mediterráneo entre los siglos XIII y XVIII, y que en su mayoría procedían del Norte de África, aunque también ha encontrado referencias a corsarios genoveses o provenzales.

Entre las figuras más destacadas en la historia de los ataques a la costa de Vila-seca y el Cap de Salou el autor menciona Hamet ben el Cacip, considerado el más peligroso y cruel del primer cuarto del siglo XV; el pequeño de los hermanos Barba-rossa, así como algunos de sus discípulos, como Turgut Rais, conocido como Dragut, o Salah Reis, que el año 1552 realizó un ataque contra Vila-seca que, como detalla Pedro Otiña a su libro, «fue de aquellos que se recordaron muchos decenios después». Con 22 galeras y 1.500 hombres armados, el corsario arrasó Vila-seca hasta tal punto que el pueblo estuvo a un paso de quedar despoblado.

En su estudio, que cuenta con el apoyo del Puerto de Tarragona y el Ayuntamiento de Vila-seca, Otiña también hace una detallada aproximación al hecho pirata y corsario, diferenciando las dos actividades de manera clara: mientras el pirata no era más que un ladrón que «actúa en solitario o en compañía de otros iguales», el corsario actuaba a partir de un contrato establecido con un determinado estado, «persiguiendo, capturando o visitando barcos de guerra o de países enemigos».

El trabajo se complementa con una aproximación al territorio histórico de Vila-seca así como al desarrollo de toda una arquitectura defensiva construida para proteger los habitantes y la villa de los ataques que llegaban por mar, cuyos vestigios todavía se pueden contemplar en muchos lugares del municipio. Una de las más importantes fue la muralla medieval de Vila-seca del Comú, mientras que Vila-seca de Solcina se estructuraba en torno a una torre, germen de lo que acabaría siendo el actual castillo. La torre de Dolsa, la torre de la masía de Carboners o la torre de la ermita de la Pineda también se construyeron con finalidades defensivas, aunque no se puede establecer cronológicamente la construcción.

El acto de presentación contó con la presencia de Montserrat Garriga Pujals, en representación de la Sección de Letras de la Agrupación Cultural de Vila-seca, del Doctor en Historia Contemporánea Enric Garcia Domingo y del alcalde Josep Poblet.