Los hermanos Rovira cultivan los mejores calçots de Tarragona en Torredembarra
Los agricultores han ganado el XXXº Concurs de Cultivadors de Calçots de la Indicació Geogràfica Protegida del Calçot de Valls
Los hermanos Rovira cultivan los mejores calçots de Tarragona a Torredembarra
Jordi y Daniel Rovira se han convertido, este 2017, en los mejores cultivadores de calçots de la Indicació Geogràfica Protegida (IGP) del Calçot de Valls por segundo año consecutivo. Los dos hermanos de Torredembarra han conseguido la distinción este domingo en el marco de la 36ª Festa del Calçot de Valls, que premia las mejores cebollas de las cuatro comarcas que forman parte de la IGP -Tarragonès, Baix Camp, Alt Camp y Baix Penedès-. «Es una satisfacción tanto a nivel personal como para toda la familia que trabajamos», valora Jordi Rovira, que asegura que con este premio se da un empuje al «sacrificio y esfuerzo» del día a día, y les da fuerzas «para seguir mejorando».
Los hermanos Rovira han ganado el concurso en varias ocasiones. Si bien en el 2016 se impusieron como los mejores cultivadores, también ganaron el primer premio por la mota con más piernas o calçots comestibles. En el 2011 consiguieron la segunda posición como mejores cultivadores, y en el 2013 y 2014 se impusieron en el certamen, igual que en el 2016. Una cincuentena de agricultores están inscritos en la IGP, «pero que participen en el concurso somos unos 15 o 20», explica Jordi Rovira.
El flamante ganador hace unos 20 años que empezó en este mundo. Su padre ya era campesino, y ahora son su hermano y Jordi quien trabajan en las tierras. «Cultivamos olivos, cultivo de secano y también huerta, y uno de los productos son los calçots». Rovira asegura que no hay ningún secreto para producir un producto de tanta calidad: «Las cosas se hacen bien, o no se hacen tan bien». Con todo, una particularidad es que los hermanos Rovira labran la tierra con tracción animal, concretamente con un caballo.
En esta edición del concurso, el jurado ha valorado la longitud de la parte blanca del calçot, el grueso, la uniformidad y la textura, además de la calidad. El segundo clasificado ha sido el reusense Jaume Papió, mientras que el tercer premio ha ido a parar a Altafulla, concretamente a los hermanos Blanch.