El consumo de agua del Consorci d'Aigües de Tarragona vuelve a niveles anteriores a la crisis económica

Los municipios de las Terres de l'Ebre y el Camp de Tarragona que se abastecen de la interconexión de agua del Ebro que gestiona el Consorci d'Aigües de Tarragona (CAT) han aumentado los consumos casi un 5%, durante el 2016. El aumento de más de 7'5 puntos en el consumo de las industrias y la recuperación, en los últimos cinco años, de cifras globales similares a las del año 2007, ha sido valorado por los gerentes del CAT como claros indicadores de «crecimiento económico». Durante el 2017 se pondrá en marcha la nueva planta de ozono, se colocarán los primeros sensores en la red que permitirán conocen online la calidad del agua en diferente puntos y se implantará un modelo de gestión de datos en el laboratorio basado en el 'BigData'.

El Consorci d'Aigües de Tarragona ha hecho balance del año 2016, este miércoles, desde la Cambra de Comerç de Tortosa. Con respecto a los consumos, se ha consolidado una ligera tendencia al alza, tanto en ayuntamientos como en industrias, y ha crecido un global del 4,93% respecto de 2015 con un consumo de 71,07 hectómetros cúbicos. El consumo de los ayuntamiento ha aumentado un 3,34%, aunque se ha reducido el consumo de agua por cápita en los últimos años. «La gente es más cuidadosa en el consumo de agua pero crece el consumo global y es un buen dato económico», ha dicho el presidente del CAT, Albert Abelló.

El crecimiento del consumo en las industrias de las Terres de l'Ebre y el Camp de Tarragona que se abastecen de la red ha sido del 7,65%. «Dejamos atrás un valle de diez años de cifras inferiores y recuperamos cifras de 2007, de antes de la crisis, y nos hace pensar que puede ser un repunte económico y que se puede consolidar», ha remarcado el gerente Josep Xavier Pujol. Durante el 2016, el CAT, con un presupuesto anual de 40,7 millones de euros, ha construido la nueva planta de ozono – con una inversión de cerca de 5 millones de euros-, ha actuado contra la corrosión en las galerías –un plan que se ha ejecutado en 5 años y una inversión final de 8,2 millones de euros-, y ha iniciado un sistema de congelación criogénica para reparar averías en la red principal sin tener que interrumpir el suministro.

Devolver los barros al Delta para parar la subsidencia

El consorcio también ha participado en proyectos de investigación entre los cuales destaca el Ebro-Admiclim, destinado a la mitigación de los efectos del cambio climático en el delta del Ebro, que empezó en el 2015 y acaba en junio del 2018. El proyecto, liderado por el IRTA, supone una posibilidad para el CAT para encontrar una gestión alternativa en los barros que se producen en la planta de l'Ampolla, entre 1.200 y 1.500 toneladas cada año de residuos. «Nos ayudaría a dar salida a un proceso interno de la planta pero podría ser un piloto para solucionar la subsidencia y regresión del Delta. Nuestra intención es retornar al Delta el residuos que cogemos en la captación del agua de los canales», ha explicado Pujol.

Proyectos para 2017

De cara a este 2017, cuando se empiece a redactar un nuevo Plan Estratégico para los próximos 4 años, se ha previsto el inicio de la implantación del nuevo sistema Sensòrica online que prevé instalar 15 sensores, los 6 primeros este año, que ayudarán a monitorizar la calidad del agua y conocer al momento cuál es su estado en diferentes puntos d la red. Además, el laboratorio de calidad contará con un nuevo paquete informático de gestión de datos y se mejorará la seguridad física y lógica de las instalaciones del ETAP de l'Ampolla.

Muy listo para emprender la nueva planta de ozono

La planta de ozono que se construyó el año pasado empezará en breve las primeras pruebas y está previsto que entre en servicio coincidiendo con el Día Mundial del Agua, el 22 de marzo, cuando está prevista su inauguración. El CAT será pionero en la implantación de este sistema de potabilización en el cual se sustituye la desinfección del agua en planta con cloro por ozono. Según el director del consorcio, el ozono es un mejor reactivo para preparar el agua y es un componente para hacer los procesos de la planta «más efectivos». Pujol ha señalado que, además, se evitarán los peligros del transporte, el almacenaje y la manipulación del cloro. Todo supone un ahorro del gasto del 5%, entre 150.000 euros y 200.000 euros que se pueden destinar a otras actuaciones.

El proceso con ozono ayuda a detectar más cantidad de elementos que pueden alterar la calidad del agua, como son los derivados de los fármacos, de las drogas, o de metales, entre otros. El sistema permitirá detectarlos con más precisión pero no significa que se ponga en riesgo la salud de las personas para estar presentes en el agua.