El móvil de Sara Lozano la sitúa en la zona del crimen poco después de estar con el acusado
El dispositivo de Jaume Solsona revela mensajes autodestructivos pocos meses antes del asesinato de Sara Lozano, en octubre del 2014
Las antenas de telefonía sitúan a la víctima del crimen de Montblanc, Sara Lozano, en la zona donde apareció muerta sólo veinte minutos después de abandonar la discoteca con el acusado. La chica recibió una última llamada a las 2:26 horas del sábado 25 de octubre. Veinte minutos después empezó a recibir más llamadas -que no respondió-, que ya la sitúan por la zona rural donde murió y sólo diez minutos más tarde, el teléfono dejó de funcionar.
El crimen se juzga estos días en la Audiencia de Tarragona, con un único acusado, Jaume Solsona. Varios agentes policiales que vaciaron los datos de los móviles de víctima y acusado también han revelado varios mensajes autodestructivos pocos meses antes del asesinato de Sara, en octubre del 2014, en chats de 'whatsapp' que él mantenía con su hermana y amigos. Solsona leyó la noticia del asesinato por el móvil, pero borró el historial. Por otra parte, no hay pruebas de ADN que lo incriminen directamente en este asesinato.
La policía científica no ha podido encontrar ningún elemento recogido del lugar del crimen con suficiente ADN para obtener un perfil genético -ni en el envoltorio de un preservativo, ni en pañuelos de papel ni en un par de colillas. Los agentes han afirmado que las muestras estaban «profundamente degradadas» por el hecho de haber estado toda la noche en la intemperie.
Este jueves también han testificado agentes que se encargaron del vaciado del móvil del acusado y de la víctima. En el del acusado se encontraron conversaciones de 'WhatsApp' con frases que denotan el carácter «desconfiado» y «frío» de Solsona, como «cómo más lejos me tengas mejor», «empiezo a ser peligroso para mí y para los otros» o «ahora conoceréis el cero que hay dentro mío», enviado el julio del 2014. Alguno de estos chats los mantuvo con una conocida. También intercambió mensajes con su hermana mayor que le daba consejos para que no se dejara llevar por malas influencias que lo hicieran caer en el mundo del alcohol y las drogas. De hecho, también se han encontrado conversaciones en las cuales el acusado concertaba la compra de cocaína.
Después de examinar los dos móviles, los técnicos de Mossos han llegado a la conclusión que víctima y acusado no tenían una relación directa por teléfono, si bien se ha podido demostrar que él leyó noticias de medios digitales sobre la desaparición y muerte de Sara, y que el día 30 de octubre -cinco días después del crimen- borró los archivos de Internet.
Técnicos especialistas en electrónica de Medios Técnicos de los Mossos d'Esquadra han expuesto la reconstrucción de los hechos que se hizo con Solsona en su momento, con un coche todoterreno como lo que conducía él. «Con un vehículo de las características del detenido podías acceder casi hasta el punto a tocar donde había el cadáver», ha dicho un agente. Los técnicos han asegurado que por aquel camino rural sólo se podía circular a una velocidad de 13 kilómetros por hora y que para recorrer los 4 kilómetros y pico que hay entre l'Espluga y la finca donde se encontró el cadáver, tardaron unos veinte minutos -la equivalencia de tiempo de hacerlo a pie supondría casi una hora de camino.
Estos veinte minutos de recorrido en vehículo desde l'Espluga hasta el lugar del crimen también han venido corroborados por el informe sobre los repetidores, según el cual también justamente pasaron veinte minutos desde la última llamada que atendió la víctima, todavía en l'Espluga, hasta que las antenas ya la situaron dentro de zona rural. Un agente también ha recelado que Solsona optara por pasar por este camino rural sin asfaltar -que lleva a la finca donde apareció la víctima medio calcinada-, cuando disponía de un par de rutas alternativas mucho más rápidas, que en doce minutos lo podían conducir a la ermita de Montblanc donde el acusado sostiene haber dormido la noche del crimen.