El agua residual y sus usos centran el Día Mundial del Agua 2017
Desde la ONU alertan de que gran parte del agua residual generada a nivel global retorna al medio natural sin haber sido depurada
Más del 80% de las aguas residuales generadas en el mundo acaba devolviendo al ecosistema sin ningún tipo de tratamiento ni reutilización. Gran parte de toda el agua residual generada en nuestras viviendas, ciudades, industrias y agricultura devuelve al medio natural sin haber sido depurada o reutilizada, cosa que contamina el medio ambiente y supone la pérdida de nutrientes de gran valor así como de otros materiales recuperables. Teniendo en cuenta esta situación, Naciones Unidas ha decidido dedicar el Día Mundial del Agua 2017, que se celebra este miércoles 22 de marzo, a las aguas residuales y a las posibles formas de reducir su producción y reutilizar sus caudales.
La jornada de este año tiene como objetivo ayudar que se alcance el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible que se ha marcado el organismo internacional y que se propone «mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de las aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua».
El organismo internacional alerta que 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua para el consumo contaminada por excrementos, con el consiguiente riesgo de contraer enfermedades como el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea o la poliomielitis. Esta situación de insalubridad causa casi un millón de muertos al año. Este escenario justifica todavía más que el Día Mundial del Agua de este año se centre justamente en la reducción y reutilización del agua residual.
Tanto la ONU como los gobiernos regionales y locales y también asociaciones e instituciones centradas en la concienciación sobre el uso responsable del agua explican que el agua tiene que gestionarse esmeradamente en cada una de las fases del ciclo del agua, desde la extracción del agua dulce, el pretratamiento, la distribución, el uso, la recogida y la depuración de las aguas residuales hasta su retorno definitivo al medio ambiente.
El aumento de la población, la urbanización acelerada y el desarrollo económico han hecho que el volumen de agua residual generada y su carga global esté aumentando globalmente. No obstante, desde la ONU Water, la agencia encargada de velar por el agua, alerta de que la gestión del agua residual está siendo «seriamente olvidada y el agua residual está siendo desconsiderada como una fuente potencial de carácter asequible y sostenible tanto de agua como de energía, nutrientes y otros materiales recuperables». En este sentido, constatan que el agua residual «tiene que ser contemplada como un recurso, en lugar de como un residuo del cual nos tenemos que deshacer».
El agua residual en el territorio
Es cierto que el grado de reutilización y de tratamiento del agua cambia de manera radical en función del lugar del mundo. Así pues, a nivel local, son diversas las iniciativas que velan por el tratamiento y la reutilización de las aguas residuales en el Camp de Tarragona. Las depuradoras de los municipios son el ejemplo más claro de esta buena praxis. Pero no es lo único. El uso de agua reciclada por parte de la industria química asentada en el territorio está creciendo año tras año de manera exponencial, cosa que muestra el compromiso que esta tiene con la sostenibilidad. Así pues, se prevé que el consumo de agua industrial regenerada sea de unos 6,8 hectómetros cúbicos producidos todos en la planta de tratamiento de agua gestionada por Aitasa.
Vinculado con el agua y la industria química, hay que destacar que Tarragona cuenta con uno de los centros de investigación sobre la tecnología del agua pioneros a escala mundial, el centro de Dow Water. Este espacio se dedica a la investigación y creación de nuevos productos y sistemas que permiten el tratamiento y la reutilización del agua, como por ejemplo los sistemas de osmosis, que permiten tratar y reutilizar el agua para ser más sostenibles.
Estos ejemplos muestran que desde el territorio se está llevando a cabo una tarea importante para minimizar los efectos del agua residual y para reducirla y reutilizarla. De hecho, todas estas iniciativas se enmarcan de manera clara en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible que se han marcado las Naciones Unidas por|para el año 2030 y muestran que este es el camino a seguir en los próximos años para reducir la huella que la actividad humana deja en el medio y que, si no se controla, puede tener unos efectos nocivos irreversibles que hipotecarán el planeta y las generaciones futuras.