La oficina de acreditación de movilidad reducida de Port Aventura se satura el día de la inauguración

Port Aventura y Ferrari Land han abierto las puertas al público general este viernes. Como es habitual, una avalancha de personas ha querido disfrutar de este primer día de temporada y, sobre todo, del primer día del nuevo parque. El cúmulo de gente ha provocado que la Oficina de Atención a Clientes con Necesidades Especiales, que otorga distintivos a las personas con una dicapacitat igual o superior al 33% -y que han accedido al parque con la entrada de precio reducido especial-, se ha colapsado. Este servicio permite acreditar a las personas y que éstas no tengan que hacer colas en las atracciones y espectáculos. Para conseguir esta 'ventaja', además del porcentaje de discapacidad, hay que tener una movilidad reducida acreditada.

Eric Rodríguez es de Tarragona, tiene 30 años y una discapacidad superior al 33% que le permite la entrada reducida a Port Aventura. Rodríguez es una de las personas que se ha encontrado horas y horas esperando para conseguir la acreditación después de haber comprado la entrada. «Me han hecho ir a muchas oficinas y puntos diferentes», explica el joven, que tiene una discapacidad no física. Precisamente éste ha sido el motivo por el cual, finalmente, desde Atención a Clientes con Necesidades Especiales, no se le ha otorgado la acreditación para evitar las colas. «Si puedes caminar no te la podemos dar», es la justificación que han dado a Rodríguez, tal como indica la política del Parc. Y es que ésta es clara: hay que acreditar la movilidad reducida. Otros años, sin embargo, Rodríguez lo había podido conseguir. Muchas otras personas se han encontrado con la misma situación, y el servicio se ha saturado. Desde Port Aventura explican que están analizando las incidencias internamente para saber qué ha pasado.

Otro caso es el de una chica vasca que, además de la discapacidad, ha mostrado un informe médico para acreditar la movilidad reducida. «También se la han denegado», denuncia Rodríguez, que asegura que la chica cojeaba notablemente y el informe confirmaba que no podía andar mucho ni pasar largas horas de pie. Esther es de Asturias, y cuando pasaban pocos minutos de la 1 del mediodía explicaba que «mi marido tiene una minusvalia importante, y llevamos horas esperando para obtener una respuesta o una solución». Itziar Media, responsable de un grupo de alumnos de Bilbao que querían pasar la jornada en el parque, también ha tenido que esperar horas «bajo el sol». Uno de los alumnos tiene una discapacidad del 70%, y explica que «no es el primer año que nos tenemos que esperar tanto rato para entrar, aun y haber hecho una reserva previa».

Aunque muchas personas no han podido conseguir la acreditación por no tener movilidad reducida, otros sí que han podido, pero aun así, han tenido que esperar bastante rato. Rodríguez asegura que algunas personas sin certificado y que caminaban sí que la han podido conseguir. En el caso de Rodríguez, ha estado desde las 9 de la mañana hasta más tarde de las 2 del mediodía esperando para obtener una respuesta que no fuera negativa. Después de ver que no podría conseguir el sí, ha pedido que se le devolviera el dinero de la entrada porque ya era tarde para entrar en el parque. En un primer momento le han dicho que no, pero finalmente han accedido.