La URV localiza 123 fosas de la Guerra Civil en las Terres de l'Ebre y el Priorat
El Gobierno amplía el Plan de Fosas, hasta tres años más, y también el presupuesto, con 800.000 euros, para seguir buscando
Las primeras prospecciones geofísicas, hechas por la URV por encargo de la dirección general de Relacions Institucionals del Departament d'Afers Exteriors, han servido para localizar 123 fosas con víctimas desaparecidas en la Guerra Civil y la dictadura franquista, a las cuatro comarcas de las Terres de l'Ebre y al Priorat. Contando aquellas que ya habían sido exhumadas, se incluirán 138 nuevas referencias en el Mapa de Fosas de Cataluña, en el cual, «de manera extraña» todavía no constaba ninguno del Ebro y el Priorat, a pesar de ser zonas tristemente protagonistas de la guerra española. El conseller de Assumptes Exteriors, Raül Romeva, ha anunciado, desde la Fatarella (Terra Alta), una ampliación del Plan de actuaciones 2017 que pasará a ser bianual con posibilidad de prórroga por dos años más. El presupuesto también se ha ampliado de 300.000 euros a 800.000 euros. Esta financiación tiene que cubrir los daños que puedan ocasionar las excavaciones y exhumaciones en propiedades privadas.
Como ha destacado el conseller d'Assumptes Exteriors, Raül Romeva, el mapa de fosas de Cataluña se ampliará con los nuevos descubrimientos hasta el medio millar -495-. Hasta ahora no se había hecho ningún estudio de geolocalització en las Terres de l'Ebre y Priorat, donde no había ninguna de estas referencias localizadas. Según el estudio, se han detectado 123 fosas comunes (69 confirmadas y 54 probables): 51 al Priorat, 41 a la Ribera d'Ebre, 24 en la Terra Alta, 5 en el Baix Ebre, y 2 en el Montsià.
El proceso de localización se ha basado e iniciado en la información contrastada que han ofrecido algunos testigos. Una vez localizadas, se ha hecho una fija con las coordenadas UTM, la ubicación en cartografía del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya, una compilación fotográficos, un resumen histórico y de antecedentes, y las fuentes de documentales y orales consultadas para encontrarlas. El Mapa especifica si se trata de una fosa plenamente confirmada, si es de soldados (y del bando en que luchaban) o de civiles, y el número probable (puesto que es muy difícil de acotar) de persona inhumadas que hay y la relación de los óbitos, si hay.
Cómo ha explicado el catedrático de Historia de la URV y responsable del estudio, Josep Sánchez Cervelló, también han topado con dificultades como la falta de memoria de los testigos, la oposición de algunos Juzgados de Paz municipales a facilitar datos de los muertos bajo el argumento de confidencialidad y la reticencia de algunos propietarios de fincas privadas con miedo que no se les reparen los desperfectos si se exhuman y se abren fosas comunes en sus terrenos.
Muchas fosas pendientes
El trabajo, pero, sólo acaba de empezar. Conscientes que quedan muchas fosas comunes para encontrar y que de momento se ha priorizado las que pueden haber más cadáveres. Por ejemplo, en la Terra Alta, donde sólo se ha localizado 24 a pesar de ser uno de los puntos más cruentos de la Batalla del Ebro, ya se organiza la investigación de documentación sobre uno de los batallones de presos republicanos que la dictadura franquista destinó al entierro de muertos del conflicto y que podría señalar donde hay más.
Para hacerlo se ha ampliado los plazos y la financiación para el plan de actuaciones. «El trabajo no se acabará aquí», ha destacado Romeva. El conseller d'Assumptes Exteriors también ha señalado las 20 actuaciones que se han hecho para recuperar restos óseos en superficies, unas 300 muestras, correspondientes a unas 16 personas, que él mismo ha depositado, este viernes en el Memorial de les Camposines, y que serán analizadas en unas semanas para incorporar la información genética en el Banco de ADN.
Restituyendo la dignidad
Las 8 décadas que han pasado desde la Guerra Civil no facilitan el trabajo y Romeva ha señalado que la sociedad hace, como mínimo, 40 años tarde en restituir la memoria, sobre todo de las víctimas republicanas, y de todos aquellos que siguen muertos en cunetas y fosas comunes por todo el país mientras sus familiares siguen buscando.
«Nuestra obligación es desinstitucionalitzar la desmemoria y sólo con una memoria aseada podremos tener una mirada limpia hacia el futuro y la serenidad necesaria para poder encarar los retos que tenemos, que son muchos e importantes, y que sin este trabajo, con responsabilidad y determinación, difícilmente podremos hacer», ha apuntado el conseller. «Hay que resolver la resistencia incomprensible de algunos sectores de la sociedades a hacer este trabajo, no sólo porque lo pide el corazón sino porque tenemos obligación a términos democráticos. No podemos construir un país sobre fosas que no sabemos donde son, trincheras ignoradas y sobre la desaparición de centenares de personas de aquí y de todo el mundo», ha añadido.
El profesor Sánchez Cervelló, ha apostado en este sentido por internacionalizar el proyecto con la exhumación y la excavación de las fosas de los brigadistas internacionales, como la que se ha localizado en Amposta. De hecho, de los 5.400 familiares que se han registrado en el Banco de ADN para contrastar material genético, 1.300 son de fuera de Cataluña. Este registro sigue creciendo a diario, y en los últimos seis meses se ha apuntado un millar más de familiares. También está en marcha la recopilación de muestras y ya se han extraído más de 700.