El nuevo impuesto de las nucleares dejará hasta 12 MEUR anuales en el área de influencia de Ascó y Vandellòs
El primer dinero llegará a principios de 2018 y se crea un grupo de trabajo para consensuar estrategias de inversión en el territorio
El nuevo impuesto de las nucleares, impuesto sobre el riesgo medioambiental de la producción, manipulación y transporte, custodia y emisión de elementos radiotóxicos, dejará un 20% de la recaudación en las Tierras del Ebro y el Campo de Tarragona, unos 12 millones de euros de recaudación anuales de los 60 millones de euros que el Gobierno prevé obtener con la nueva tasa. El primero, correspondiendo a la recaudación desde abril de 2017, llegará al territorio a principios de 2018. Por este motivo, el secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, se ha reunido con los consejos comarcales de la Ribera de Ebro y el Baix Camp y los delegados del gobierno del Campo de Tarragona y las Tierras del Ebro para constituir un grupo de trabajo que diseñe y gestione proyectos estratégicos donde destinar esta inversión para mejorar la competitividad del territorio. También se han concretado aspectos del nuevo reglamento del impuesto que se tiene que aprobar antes de finales de año.
El secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, ha defendido que el impuesto sobre las nucleares es una «estrategia» a largo plazo, «justa y necesaria para el territorio» ante un futuro sin centrales y sin los puestos de trabajo que generan, que había que impulsar de nuevo, evitando la doble imposición por la cual fue revocado por el Tribunal Constitucional (TC). A diferencia del 2014, el nuevo impuesto sobre el riesgo medioambiental de la producción, manipulación y transporte, custodia y emisión de elementos radiotòxics ha sido avalado al cien por cien por el Consejo de Garantías Estatutarias. «Ente mujer la tranquilidad que el impuesto aguantará cualquier dictamen del TC y tenemos la confianza en que puede prosperar en cualquiera de los escenarios posibles», ha defendido Salvadó.
Un mes después de su aprobación, el gobierno del estado español no ha pedido la intervención del alto tribunal, aunque todavía hay margen para hacerlo ya que dispone de seis meses. «Si el Estado tiene alguna duda sobre algunos de los impuestos que aprueba el Gobierno de Cataluña actúa de manera inmediata, como tenemos infinidad de experiencias en los últimos años, desgraciadamente. Pero en este caso no ha habido ningún movimiento y ente mujer confianza», ha añadido el secretario de Hacienda.
Un reglamento para el impuesto
Con este escenario, la Secretaría de Hacienda se ha puesto a trabajar con los consejos comarcales y las delegaciones del Gobierno del área de influencia de Ascó y Vandellòs, donde se ubican las tres centrales nucleares catalanas, para tener «la estructura administrativa» necesaria para gestionar el 20% de los recursos recaudados con el nuevo impuesto y que se destinarán a operaciones de impulso a la economía del territorio pero también a proyectos de mejora de la seguridad y la prevención de los riesgos nucleares.
Según los primeros cálculos, han aumentado las previsiones de recaudación de la nueva tasa y puede llegar a los 60 millones de euros anuales, de los cuales, 12 millones de euros recaerán, proporcionalmente al número de plantas atómicas que se ubican, en las comarcas del Campo y el Ebro. «Es una cifra muy significativa que hay que gestionar de forma estratégica, no desde la lógica de la repartidora para contentar a la administración local, sino impulsando proyectos de carácter estratégico que reactiven en las líneas que consensúen las administraciones y que pueden dar un impulso económico de fondo en los territorios afectados», ha dicho Lluís Salvadó.
La gestión del dinero se reglamentará. El trabajo previo para hacer este nuevo reglamento ha empezado para que pueda ser aprobado a finales de 2017, ya que el primer dinero del impuesto llegará a principios de 2018 (los correspondientes a la recaudación entre el 1 de abril y el 31 de diciembre de este año). También se ha creado una comisión de trabajo para empezar a debatir y analizar qué tipo de proyectos se pueden desarrollar. Este grupo mantendrá reuniones periódicas.
Salvadó ha justificado que no se creen dos unidades de trabajo, una para las Tierras del Ebro y otra para Tarragona, ya que era «poco operativo» y había que impulsar proyectos de planificación territorial y de país con estos nuevos recursos. Aunque se priorizarán las actuaciones en los municipios de influencia de las centrales de Ascó y Vandellòs –unos 10 kilómetros de radio-, tampoco se excluirán propuestas de los pueblos contiguos.