Praderas apuesta para|por el cultivo de lúpulo
Cinco campesinos de la Vila vermella tienen un contrato con la cervecera catalana Damm
A finales del mes de agosto o principios de septiembre los campesinos de Prades recogerán la primera cosecha de lúpulo, la cual se entregará a la cervecera Damm.
Se culminará así una iniciativa que se puso en marcha ahora hace tres años, a raíz de la propuesta de un vecino, según relata Lídia Bargas, alcaldesa de Prades: «Todo arranca dentro del plan estratégico, el Prades 20.20, con la aportación de una persona que dijo que podríamos plantar lúpulo al pueblo. Nadie no sabía nada, de esta planta, pero investigamos y resulta que por los márgenes ya crecía espontáneamente y no éramos conscientes». Viendo que el lúpulo podría ser una buena alternativa a los cultivos de la patata y la avellana, los pradencs se pusieron en contacto con el departamento de Agricultura de la Generalitat, al cual la idea le pareció muy buena, poniendo a disposición del Ayuntamiento los medios del IRTA (el Instituto de Investigación agroalimentaria de la Generalitat).
Así, hace tres años se puso en marcha la primera plantación de lúpulo a modo experimental, y viendo que la planta se adaptaba bien al terreno, cinco campesinos de la villa se animaron y, a día de hoy, hay seis hectáreas de cultivo de lúpulo en el término municipal.
Toda la producción se la llevará la cervecera barcelonesa Damm, empresa que desde el primer momento apostó por la iniciativa pradenca. «Contactamos con la Damm y nuestra sorpresa fue que allí ya tenían unos estudios hechos comparando Prades con otros lugares dónde ya hay lúpulo, y resultó que estaban muy interesados. A partir de aquí, ya fue todo rodado», apunta a la alcaldesa.
Lídia Bargas admite que al principio tuvieron que hacer mucha difusión y muchas reuniones para convencer a los campesinos, pero finalmente apostaron cinco vecinos, alguno de los cuales es muy joven, «a que es lo que interesa».
El lúpulo es una planta que tiene un cultivo fácil, una vez superado el montaje inicial, que requiere la instalación de estacas de 6 metros de altura al campo. Pero en ningún caso requiere tanto de esfuerzo como la patata, el producto local de más llamada|nombrada, que resulta muy pesado, sobre todo para los campesinos que ya se han ido haciendo mayores.
La apuesta por el lúpulo ha arrastrado también a la cooperativa local, que hará obras importantes con el fin de poder realizar la recogida y secado del lúpulo antes de enviarlo a la cervecera que lo ha comprado.
Desde el Ayuntamiento apuntan que no saben si este lúpulo de Prades se diferenciará de una manera u otra, pero están muy satisfechos con la apuesta de la cervecera por el producto local. Si a la larga los campesinos ven una salida de futuro en el lúpulo y acaban elaborando su propia cerveza artesana, es una cosa que, desde el Ayuntamiento, no pueden prever, y de momento tampoco se lo plantean: «Nosotros tenemos un contrato con Damm y vamos con ellos», asegura la alcaldesa de Prades.