Casi la mitad de los jóvenes del Camp de Tarragona cree que el tabaco no es una droga
Así lo concluye una tesis doctoral realizada con 2.000 adolescentes de Tarragona y Reus
Un 41% de los jóvenes considera que el tabaco no es una droga, un 69% tiene una percepción incorrecta sobre el riesgo de su consumo, un 26% cree que no es adictivo y un 11,4% que no afecta a la salud, según una tesis doctoral efectuada con 2.000 alumnos de la ESO de Reus (Baix Camp) y Tarragona (Tarragonès).
El estudio, que se debatirá en la V Jornada de Residentes de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (AIFICC) que se celebrará mañana en Barcelona, analiza la percepción de riesgo del tabaco entre los jóvenes y concluye que estos tienen «poco sentido crítico» ante imágenes que relacionan el consumo del tabaco con conceptos como masculinidad, poder, sensualidad y rebeldía.
El estudio, que es la tesis doctoral de Cristina Rey, directora de curas de enfermería en la Dirección de Atención Primaria del Campo de Tarragona del ICS, bajo dirección de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, analiza la efectividad de un programa educativo para mejorar la percepción de riesgo del tabaco entre los adolescentes.
En el trabajo participaron 2.000 alumnos de ESO de 29 centros educativos de Reus y Tarragona, y la intervención se hizo durante los 4 años del ciclo formativo de la ESO, desde el 2007/08 en el 2010/11.
Los jóvenes se sometieron a un cuestionario sobre tabaco y en una carboximetria (prueba que mide el monóxido de carbono y que consiste en contener la respiración durante 20 segundos, para después expulsar todo el aire de forma sostenida).
Posteriormente, se separaron aleatoriamente los alumnos entre un grupo de control (que recibieron la formación/información habitual) y otro de intervención que sí que recibió actividades educativas en relación con los peligros del consumo del tabaco, a cada uno de los trimestres del calendario escolar.
Los resultados fueron que 14,9% de los jóvenes mejoró su percepción del tabaco después de la intervención.
Según el trabajo, los jóvenes que creen que ahumar no es una droga tienen una probabilidad de iniciarse en el consumo del tabaco de 1.79 veces más que los que consideran que el tabaco sí que es una droga.
Igualmente, los jóvenes que están totalmente en desacuerdo que fumar perjudica la salud tienen una probabilidad de hasta 10.7 veces más de iniciarse en el consumo de tabaco con respecto a los jóvenes que creen que ahumar perjudica la salud.
La autora también observó que los adolescentes que están totalmente en desacuerdo que fumar es adictivo tienen una probabilidad de 3.5 veces más de acabar fumando.
Cristina Rey ha explicado que «la intervención educativa de larga duración dirigida a los adolescentes e integrada en el sistema educativo se ha mostrado eficaz y efectiva para la mejora de la percepción del riesgo del tabaco, y esta mejora ha supuesto una tendencia a la disminución del consumo de tabaco entre los jóvenes del grupo de intervención».
Rey considera, no obstante, que también se necesitan otras estrategias que ayuden y refuercen las intervenciones educativas.
«Hay» que desarrollar también estrategias de prevención dirigidas a edades tempranas para evitar la presencia de factores que puedan entorpecer los efectos de una intervención educativa, a la vez que desarrollar estrategias poblacionales para favorecer la disminución del consumo de tabaco en el entorno familiar y social de los jóvenes», ha propuesto.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, 1 de cada 4 personas es fumadora y en torno a un 21% de los jóvenes catalanes son fumadores, con una edad de inicio de consumo habitual que se sitúa en los 18,5 años.