Expertos en Tarradelles se reúnen en Poblet en el 40º aniversario del retorno

La consellera del Departament de Presidència de la Generalitat, Neus Munté, destacó ayer el carácter dialogante del presidente Josep Tarradellas y su «talante negociador» para resolver los conflictos políticos, con unos ideales y valores que Munté ve «absolutamente vigentes», aplicables hoy en día. «Tenían sentido hace cuarenta años y tienen el mismo sentido ahora, a pesar de, evidentemente, las circunstancias tan diversas,» declaró Munté, en la abertura de un seminario que se celebró ayer en el Archivo Tarradellas del monasterio de Poblet, con motivo del 40º aniversario del retorno del expresidente y del restablecimiento del autogobierno de Cataluña.

Más de un centenar de personas asistieron a las conferencias impartidas por profesores y catedráticos expertos en la figura de Tarradellas. La mayoría de los conferenciantes formaban parte de la comisión asesora que ha editado los libros que se han hecho desde el Archivo Montserrat Tarradellas –el nombre de la hija del presidente–, situado en el Palau de l'Abat.

Durante las conferencias se pusieron en escena los principales «objetivos» y «gestos» de un presidente que decidió depositar su legado en el monasterio para que estuviera al alcance de todo el mundo. Precisamente en el seminario se trató el papel que pueden jugar las universidades para difundir este singular archivo y un político primordial en una época convulsa, que luchó por mantener la institución de la Generalitat desde el exilio y la restableció en su retorno.

Durante la abertura del seminario, titulado 'Memòria d’una determinació', Montserrat Catalan, que recibió un reconocimiento por sus treinta años al frente del Archivo Tarradellas –recientemente jubilada–, recordó que el mismo presidente le trasladó su voluntad que el archivo «tenía que hacer un servicio a las nuevas generaciones con el fin de evitar errores del pasado y que nunca se hiciera negocio». El presidente guardó durante cerca de cuarenta años documentos de todo tipo, que guardó escrupulosamente. Catalan recordó el papel clave de los padres de Tarradellas, que escondieron la documentación durante la Segunda Guerra Mundial, entre cacheos de la Gestapo. «A menudo se quejaba de que el exilio era largo y duro», decía Catalan. «El retorno de Tarradellas supuso la ruptura radical de la época franquista y la esperanza de que se podía devolver a una sociedad democrática», dijo la presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, como portavoz de una de las instituciones que ha velado por esta memoria histórica.