El Museo de Alcover se reinventa en una innovadora apuesta por la museografía infantil
La dirección quiere reconvertir la exposición de paleontología en una experiencia sensorial
El Museo de Alcover sacrificará parte de la instalación para dirigirla a público infantil. La dirección quiere hacer un lavado de cara a la segunda planta del equipamiento, donde se encuentra la exposición de paleontología. Se quiere ir más allá de los actuales paneles y vitrinas con fósiles de fauna marina y encaminar la sala hacia una «experiencia sensorial», según ha adelantado al ACN la directora del museo, Ester Magrinyà. En este proyecto museográfico se engloba un espacio dedicado a los más pequeños, donde podrán ver peces en 3D e inspeccionar fósiles incrustados en la pared. El museo, que justo este año cumple el 50º aniversario de su apertura, está ubicado en una antigua casa noble, conocida como Ca Batistó.
Vista la buena acogida del recorrido interactivo estrenado el año 2011 en antiguas dependencias de la casa, ahora también se quieren aprovechar las nuevas tecnologías para explicar el Triásico. El museo ya hace tiempo que tiene entre manos este proyecto para renovar una parte de la exposición e incorporar la museografía infantil. Esta museografía pensada para los más pequeños obedece al público potencial del espacio. Un 25% de los visitantes son familias y cada año recibe más visitas escolares.
Un relato para niños
Consciente del público familiar que recibe el equipamiento, el museo apuesta por un nuevo relato para niños. El museo mantendrá el cuento del pescado|pez piedra, una actividad pedagógica que funciona con éxito desde hace tiempo, pero adaptará un espacio de la sala especialmente para los más pequeños.
«No será un rincón con cuatro juguetes como en algunos museos, sino que sea una museografía específica para niños, con vitrinas adaptadas para ellos, juegos didácticos, etc., ha explicado a la directora del museo. «Esta es la gran novedad del nuevo proyecto museográfico», ha añadido.
Del resto de la sala, abierta el año 2005, también se transformará la zona introductoria con voluntad de trasladar al visitante a las montañas de Prades a través de recursos visuales. Una ambientación con efectos de luz y sonido simulando el mar situará al visitante en la época triàsica.
«Queremos hacer un relato potente, tenemos un parque triàsico en las montañas de Prades y el museo expone los restos paleontológicos, pero queremos que esta etapa se haga más visible y se pueda entender, por ejemplo, como el pueblo de la Riba formaba parte de los arrecifes coralinos», ha dicho Magrinyà.
Según la directora, el objetivo es hacer que el visitante se sienta como si estuviera paseando por las montañas. Así, a través de cajas de luz, se podrán ver paisajes de la época del Triásico escondidos bajo las rocas y estratos de la montaña actual, ocupando toda una pared de la sala.
«Queremos poner en valor el Triásico y dar potencialidad a un periodo anterior al Jurásico, pero que fue clave para la historia de la Tierra: aparecieron los primeros mamíferos, y también hubo un momento en que casi se extinguió la vida en el planeta», ha explicado Magrinyà.
El museo ha trabajado con todo un equipo interdisciplinar de pedagogos, docentes y paleontólogos para definir los contenidos del proyecto de reforma expositiva en que la museografía infantil se convertirá en un recurso didáctico a sumar cualitativamente a los actuales talleres escolares y visitas en familia.