Vecinos de Vilallonga denuncian connivencia del alcalde con la falta de permisos del restaurante l'Encanteri
El único informe sobre el nivel acústico hecho por el Ayuntamiento sobre el local sólo afirma que no se pudieron hacer las mediciones
Continúa el frente abierto entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Vilallonga y un grupo de vecinos que denuncian los perjuicios que sufren a causa de los niveles sonoros que provoca una sala de banquetes del restaurante l'Encanteri. De hecho, los vecinos cuestionan abiertamente la actuación municipal, que consideran que menoscaba los intereses de los ciudadanos por encima de un negocio particular, y han decidido llevar sus denuncias delante de la fiscalía.
En cualquier caso, sin embargo, ya hay una denuncia presentada como tal ante el consistorio, firmada por un abogado de un bufete de Barcelona en nombre de los vecinos y que se entró al registro municipal el pasado 3 de mayo. Según este escrito, se denuncia que, «con el conocimiento del alcalde y del concejal de Actividades, y ante su absoluta pasividad», el restaurante l'Encanteri está incurriendo en varias irregularidades.
Así, por ejemplo, se afirma que está realizando una actividad, en salón de banquetes, para la cual no dispone de autorización. Además, afirman los vecinos, esta actividad se realiza en un local que no dispone de proyecto de actividades ni licencia municipal, ya que se trata de un edificio anexado y comunicado con el restaurante, «de más de 450 metros cuadrados, construido con aluminio, lonas, plástico y cristal».
En la exposición de los vecinos también se indica que el restaurante no cumple con el aforo que tiene autorizado y que incumple con la normativa de prevención de incendios. De la misma manera añaden que se incumple con la normativa de ruidos y vibraciones.
En este apartado se cita el único informe que el Ayuntamiento de Vilallonga realizó cuando se produjeron las quejas de los vecinos por ruidos a altas horas de la madrugada.
Este informe, con fecha de noviembre del 2016, y firmado por el Ingeniero Técnico Industrial Municipal, Sergi Triquell, se afirma que intentó realizar mediciones el día 2 de septiembre de 2016, de las 20.30 a las 23.45 h. En esta franja horaria el ingeniero daba por supuesto que se podría hacer el control porque aquel día estaba prevista la celebración de una boda. Las medidas, sin embargo, no fueron válidas en este margen de tiempo, según el ingeniero, porque los intervalos en que se produjeron siempre eran muy cortos. Así, la conclusión final del informe es que no se podía concluir «si la actividad supera o no los valores límites establecidos en el mapa de capacidad acústica municipal».
Según recuerdan los vecinos, la licencia de actividad de que dispone el restaurante tan sólo preveía la utilización de un equipo de música que serviría únicamente por sonido de ambiente, lejos de cuya realidad se quejan los residentes que rodean el local.
Los vecinos aprovechan el escrito de denuncia para incidir sobre la actuación del alcalde, Ignasi Valera y del concejal de Actividades. Afirman que son conocedores en detalle del ruido que se genera en el anexo e 'ilegal' del restaurante, porque «han sido vistos en más de una ocasión en ella», y ponen como ejemplo (y adjuntan una imagen) de la presencia del alcalde en un acto organizado por el Ayuntamiento el pasado 30 de abril dedicado a las personas mayores, y que se celebró en la sala «y se aprecia en la imagen el conjunto musical que ameniza el baile, dotado con micrófonos, amplificadores y sintetizador».
Finalmente en la denuncia presentada los vecinos reclamaban varias actuaciones en el consistorio, consistentes en el cese del uso como salón de banquetes, la prohibición de cualquier actividad en el edificio anexo al restaurante y la prohibición de utilizar música que no tenga la condición de «sonido ambiental».