Valls ya tiene cerveza artesana propia

La ciudad de Valls está de estreno. Este verano se ha empezado a distribuir por bares, restaurantes y tiendas de la ciudad La Vallenca, una cerveza artesana que sus productores definen como «clara y versátil, de tonalidad amarillenta brillante, con sabor suave de lúpulo que le aporta carácter y complejidad.»

La Vallenca es la aventura empresarial de dos jóvenes emprendedores, Pol Martin y Oriol Montserrat, que después de tres años trabajando con su empresa especializada en la distribución y asesoramiento de bebidas premium, decidieron llenar un hueco de mercado que tenían bien localizado: el de la cerveza artesana con unas características que la hicieran atractiva para todos los públicos. «El consumidor de cerveza artesana es minoritario. Hay muchas personas que no se atreven porque las encuentran muy lupoladas, con un sabor a veces demasiado estridente. Por eso, con la idea de desmarcarnos y llegar al mayor público posible, escogimos el estilo Kölsch, una variedad de cerveza gastronómica que permite ser degustada a cualquier hora del día,» detalla Pol Martin.

El componente femenino está también presente en la etiqueta, obra de la vallense Maria Armengol, y que muestra a una castellera con el campanario de fondo. Los promotores de la bebida no se habían puesto como objetivo convertirse en la cerveza de los castellers, pero sí que tenían muy claro que querían tejer un vínculo con las colles locales. Por este motivo, el 5% de los beneficios obtenidos con la venta de La Vallenca se darán, repartidos al 50%, a las dos colles de Valls. Pol Martin explica que el hecho de poner a una castellera en la etiqueta fue consensuado con los castellers locales, pero que precisamente por eso, tuvieron mucho trabajo a encontrar un color que no se pudiera relacionar con ninguno de los cerca de sesenta colles que hay en toda Cataluña.

La donación de este 5% se hará efectiva a finales de año, cuando se pueda hacer balance y recuento de las ganancias originadas porel producto, que de momento está funcionando muy bien, hasta el punto que en alguna ocasión los productores ya se han quedado sin stock. La clave del éxito, detalla Martin, reside en el hecho de que se trata de una cerveza suave, que incorpora las virtudes de la cerveza artesanal, pero sin alejarse de las de consumo más habitual: «tiene una baja graduación alcohólica, del 5%, y resulta muy suave. Hay quien prueba cervezas artesanas y no les acaban de convencer porque no les recuerdan la cerveza que beben habitualmente. La Vallenca, en cambio, te la puede llegar a recordar, pero manteniendo la esencia de una artesana. Tiene una cata compleja, y está pensada para seduïr al consumidor, para repetir, hasta el punto de convertirla en ‘su’ cerveza».

La Vallenca se elabora en Alcover, pero sus creadores ya están valorando cómo acercar el obrador a la capital del Alt Camp. Con respecto a la distribución, hoy por hoy sólo se puede encontrar en Valls. En Facebook e Instagram hay información sobre los puntos de distribución y venta.