La 47ª Fiesta de la Vendimia de l'Espluga de Francolí, pistoletazo de salida para la cosecha de uva
La DO Conca de Barberà espera una descenso del 20% en la producción
Más bien de lo que es habitual, debido al calor, la Conca de Barberà ya ha empezado la vendimia. Con el inicio de la cosecha, l'Espluga de Francolí celebra este fin de semana la Fiesta de la Vendimia, que este año llega a la 47ª edición. Además de la tradicional piada y la obtención del primer mosto, la Cueva recupera este domingo, después de años sin hacerla, la carrera de portadoras, donde participarán una veintena de parejas. Entre las novedades también hay un concurso amateur de cata por parejas. El acontecimiento representa un impulso por las bodegas de la DO Conca de Barberà, que muestran sus vinos en stands, listos para degustar. En el fin de semana de la Fiesta, la Cueva recibe hasta 3.000 visitantes y las bodegas sirven, por término medio, unas 6.000 copas.
Se espera recolectar poco más de un millón de kilos de uva en la comarca
La DO Conca de Barberà espera vendimiar 1,1 millones de kilos de uva, un 20% menos de producción que el año pasado. Todo, debido a un verano que ha sido seco, con pocas lluvias y con altas temperaturas. Precisamente el calor ha obligado a anticipar la vendimia, que algunas bodegas de la DO ya han empezado esta semana, ya que la maduración de la uva se ha adelantado unos siete días. El martes se prevé que empiecen la cosecha las cooperativas. Con todo, se prevé que la calidad de la vendimia sea muy buena. Según ha explicado la presidenta del consejo regulador de la DO, Mariona Rendé, la vendimia es «muy sana» sin ninguna enfermedad que haya afectado a las viñas ni la uva. La campaña se ha iniciado con la cosecha de las variedades más tempranas, como el chardonnay, y continuará con el tempranillo, garnacha blanca y el macabeo.
La cantidad de la cosecha de este año no dista mucho de la producción final del año pasado, que estuvo en 1,4 millones de kilos. Parte de la reducción que se prevé con respecto a la campaña anterior puede venir de las heladas que en abril afectaron, sobre todo, a la zona de Barberà.
Rendé ha explicado que el hecho de que las viñas de la Conca de Barberà estén a alturas de entre 300 y 900 metros hace que estén «muy ventiladas» para los «vientos de sereno, que van muy bien para hacer marcharse enfermedades de hongos». «La calidad será excelente», ha augurado la presidenta de la DO. También el taladrado, la variedad autóctona de la Conca de Barberà, se prevé de calidad.
Una vez se vendimien las variedades tradicionales, y el taladrado, quedará el cabernet y la parellada, que alargarán la campaña hasta mediados de octubre. Según la DO, hay agricultores y bodegas que iniciaron la vendimia hace más días –al principio de agosto- porque la uva iba destinada a base cava para venderlo fuera.