El santuario de animales donde vive la vaca Margarita se trasladará por desavenencias con la propietaria de los terrenos
Tiene un plazo de 10 meses para abandonar el espacio, donde actualmente viven 200 animales
El Hogar de Marçà, el santuario de animales que acogió la vaca Margarita, tendrá que trasladarse a otra zona por desavenencias con la Fundación ProVegan, propietaria de los terrenos. Así lo informa el diario La Vanguardia, que afirma que ProVegan ha dado un plazo de diez meses a los gestores de Santuario para abandonar el espacio donde se encuentran actualmente.
Concretamente, la fecha máxima para abandonar los terrenos es el 18 de julio de 2018. Aunque puede parecer mucho tiempo, los trabajadores del Hogar de Marçà afirman que «no es tanto», ya que tienen que encontrar un lugar y habilitarlo a fin de que puedan vivir allí los cerca de 200 animales que cuidan.
Los actuales gestores de este santuario de animales han iniciado una campaña de mecenazgo a través de la plataforma GoFundMe con el fin de financiar el traslado. En estos momentos ya han recogido más de 18.000 euros, pero afirman que se necesita más dinero, ya que los costes pueden llegar a la suma de 400.000 euros. En este sentido tienen la esperanza de que alguna fundación sin ánimo de lucro los apoye económicamente.
El motivo del traslado son «divergencias profundas e irreconciliables» no resueltas entre los gestores del santuario y la fundación ProVegan, que ha asegurado que quiere que el espacio se siga utilizando para cuidar de animales. En este sentido, la fundación ha afirmado que se podría ocupar ella misma de todos los ejemplares que están en Marçà, pero los voluntarios no contemplan esta opción.
El espacio que ha dado una segunda oportunidad a la vaca Margarita
El Hogar de Marçà es el santuario de animales donde actualmente vive la vaca Margarita. Su historia se hizo famosa el pasado mes de mayo, cuando la ciudadanía se movilizó para evitar su sacrificio. Este se había ordenado al no estar registrada a como ganado, pero ProVegan alegó que es un animal doméstico y por eso estaba exenta de la normativa. Finalmente el movimiento consiguió salvar la vaca y, después de confirmarse que no sufría ninguna enfermedad, el animal se trasladó al Hogar de Marçà.