«Muchos corsarios y piratas eran cristianos renegados, capturados cuando eran niños»
El historiador ha publicado el libro ‘Pirates i corsaris. Els atacs contra Vila-seca i la Costa del Camp de Tarragona’
—¿Cómo surge la idea de hacer un libro sobre piratería?
—Tenía la intención de documentar los ataques sufridos en Vila-seca en el siglo XVI. Teníamos un documento fantástico, sobradamente conocido, que es la Entrada de moros, de Mosén Salvador Babot, donde se relacionaban toda una serie de ataques. Pensamos que quizás había habido otras incursiones piratas, y así nació la idea.
—¿En qué periodo se circunscribe su investigación?
—La idea inicial era centrarnos en la Edad moderna, pero como fuimos encontrando documentación, acabamos trabajando desde el siglo XII al XVIII.
—¿Nuestra costa fue fuertemente atacada por piratas?
—Sí, y seguramente el libro no recoge ni un 10% de todos los ataques que hubo, pero no se ha conservado la información. Vila-seca, por ejemplo, como está muy cerca del Cap de Salou, es un espacio fuertemente atacado. También es fácilmente atacable porque está en medio del campo. Aunque tenía murallas y torres de vigía, si los piratas llegaban por la noche, se escondían en las calas y desembarcaban a primera hora del día, cuando los campesinos y los pescadores iban hacia el trabajo, les cogían desprevenidos.
—¿Qué buscaban, los asaltantes?
—Buscaban personas para venderlas como esclavos. Sobre todo chicos y chicas jóvenes, porque eran una fuerza de trabajo rentable. Las mujeres, además, podían tener varias ‘utilidades’, y los niños eran fácilmente convertibles al Islam. Los niños capturados aumentaron los grupos de piratas rápidamente. De hecho, muchos los corsarios y piratas eran cristianos renegados, capturados cuando eran niños.
—En el libro se insiste en diferenciar a los piratas de los corsarios.
—Sí, el pirata es el ladrón, el que roba cualquier cosa allí donde toca o puede. El corsario, en cambio, tiene un documento de una superioridad política, un rey, un arzobispo o un noble, por el cual se lo habilita a constituir una empresa naval y a realizar ataques contra los enemigos de su noble. En estos documentos, las patentes de corso, se establecen las condiciones de los ataques, de las capturas y de los repartos.
—¿De todos los ataques documentados, cuál fueron más cruento?
—Por su violencia, el ataque de 1552 de Sala contra Vila-seca. Desembarcó con 1.500 turcos que arrasaron el pueblo, lo quemaron. Incluso bajó a un pelotón de Reus pero no pudieron hacer nada. El año siguiente, el rey otorgó una cantidad de dinero para la reconstrucción de Vila-seca, por lo tanto todo fue muy serio.
—¿Cuándo empieza el descenso de la piratería y qué lo causa?
—En el caso de los piratas que vienen del norte de África, en torno al siglo XVIII con la firma de pactos de no agresión. También hay escuadras castellanas que acosan con éxito a los piratas, y los puertos se van dotando de artillería defensiva.