Herminia Garcia recibe el primer documento que acredita la anulación del juicio que el franquismo hizo a su padre

Isidre Garcia Ballester fue juzgado por un tribunal militar y el 15 de julio de 1939 fue fusilado en la Oliva, en Tarragona, a la edad de 27 años. Hoy, su hija, Herminia Garcia Nadal, recibió de manos del delegado del Gobierno en Tarragona, Òscar Peris, y de la directora de los Servicios Territoriales de Justicia, Fina Palomar, el documento que acredita la anulación del juicio político contra una víctima del franquismo en el Camp de Tarragona. Desde hoy, todas las personas que quieran consultar la base de datos del Archivo Nacional ¬-amb 66.590 nombres de represaliados– lo pueden hacer en la web del Departamento de Justicia, de manera presencial en la sede del Servicios Territoriales de Justicia y llamando en el teléfono 012.

Peris presentó Herminia Garcia Nadal diciendo que, el de su padre, es «el primera reparación que se hace para volver a cierta normalidad, aunque para algunos llega tarde.» «Lo importante hoy es dar fe de lo que sucedió durante la represión franquista», dijo. Por su parte, Palomar explicó que con el acto celebrado en la sede de la Delegación Territorial del Gobierno «llevamos a la práctica la ley de la generalidad, hecha con la voluntad del Gobierno para reparar las injusticias de la dictadura.» La responsable de Justicia en Tarragona recordó que «el Estado español todavía no ha hecho una ley como la catalana, aunque el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas hizo un requerimiento para reparar las injusticias de los tribunales militares». La Generalitat ha elaborado un listado de personas represaliadas entre los años 1938 y 1978 que está depositado en el Archivo Nacional.

Contenta y emocionada

Herminia Garcia Nadal se mostró satisfecha y muy emocionada cuando relató los hechos que pusieron fin a la vida de su padre, condenado a pena de muerte por un delito de rebelión militar el 12 de mayo de 1939. Ella tenía 15 meses de vida y, como le pidió su padre antes de ser fusilado, todos los 15 de julio «voy al cementerio a depositar una rosa». Esta familia vallense nunca ha olvidado lo que sucedió aquellos años trágicos. Herminia relató que su padre, refugiado con un hermano en Castellón, vio unas octavillas que la dictadura repartió, en las que se decía que «quien no tuviera las manos manchadas de sangre podía salir que no le pasaría nada». Isidre, que quería conocer a su hija, en aquellos tiempos en Vimbodí, fue a Valls y, una vez llegó a la población de la Conca, y después de poder ver a la niña, fue esposado. Fue el inicio del fin.

Herminia finalizó su intervención recordando que Isidre fue militante de Esquerra Republicana y afirmando que «el 1 de octubre pienso, de todo corazón, ir a votar porque mi padre quería una república catalana y libre: Viva Cataluña».