Un total de 120 cangrejos de río ibérico son liberados en las rieras tarraconenses

La astacifactoria dedicada a la cría de cangrejo autóctono del Molí del Fort, en Farena, ha conseguido su objetivo: repoblar los ríos catalanes con esta especie protegida y, al mismo tiempo, amenazada. Fue este jueves 26 que, después de mucho tiempo trabajando en el proyecto, se hizo la primera liberación de crías nacidas, ahora hace dos años, en el centro de cría en cautividad, ubicada al lado del río Brugent y encabezada por Rubén Alcázar.

Concretamente, este jueves se introdujeron un total de 120 cangrejos autóctonos en dos rieras de la demarcación de Tarragona con el objetivo de «reforzar esta especie en los ríos catalanes», explica Alcázar, que destaca la difícil situación en la cual se encuentran estos cangrejos «ante la amenaza que representa el cangrejo americano», una especie invasora portadora de un parásito, el afanomicosi, altamente mortal para el cangrejo de río ibérico. Paralelamente, cuarenta crías más se han quedado en el Molí del Fort al lado de 80 reproductores más y 200 crías nacidas en el año 2016, para que se reproduzcan y, así, progresivamente, poder ir repoblando los ríos catalanes. Después de esta primera liberación, Alcázar explica que la previsión es repetir esta operación de forma anual, siempre liberando crías de dos años, ya que, de esta manera, «ya están desarrollados, a la vez que evitamos que estén en cautiverio durante demasiado tiempo», puntualiza.

El proyecto, que cuenta con el apoyo de la Generalitat, se inició en el año 2015 con la captura de una cincuentena de cangrejos reproductores y, así, creó un centro de cría en cautividad en el Molí del Fort de Farena. Los cangrejos viven en tres estanques que, antiguamente, formaban parte de un molino harinero del siglo XII, y donde las condiciones son seminaturales, «con la mínima intervención posible», destaca Alcázar.

En este sentido, para la alimentación se utilizan elementos como ninfas de invertebrados y, en casos muy puntuales, se aporta una alimentación suplementaria. Además, los estanques están protegidos de la luz solar directa con una malla a fin de que el agua se mantenga a la temperatura adecuada, entre los 8 y 13 grados.