Los Mossos detienen a un hombre por estafar 180.000 euros a los propietarios de dos inmuebles
El individuo intentó hacer la misma estafa en Salou, consistente en el método del 'Rip Deal'
Los Mossos D'Esquadra detuvieron el pasado 15 de noviembre un hombre de 26 años y nacionalidad italiana como presunto autor de los delitos de estafa y falsificación para estafar 180.000 euros a los propietarios de dos inmuebles en venta en Sant Boi y en el Prat de Llobregat mediante el método del Rip Deal. El hombre contactaba con sus víctimas y se ganaba su confianza simulando una gran solvencia económica y quedaba con ellas en lugares públicos para negociar la operación. En el primer caso, el hombre ofreció formar parte del pago en metálico antes de firmar las arras e intercambiar 87.500 euros en billetes de 500 euros por 30.000 euros en billetes pequeños y en dólares americanos a cambio de una elevada comisión. En un momento de distracción, el detenido y dos acompañantes cambiaron los billetes auténticos por otros de falsos del mismo valor. En octubre, el hombre habría estafado 150.000 euros a un hombre que tenía un local en venta en el Prat de Llobregat.
Los Mossos tuvieron conocimiento del caso de Sant Boi de Llobregat el pasado mes de julio e iniciaron una investigación que permitió identificar a uno de los autores de la estafa. Los agentes determinaron que también habría estafado 150.000 euros más el octubre pasado al propietario de un local en venta del Prat de Llobregat y lo habría intentado en Salou el mes de julio pero fue identificado junto con otras personas mientras se preparaban para cometer una nueva estafa.
Finalmente, el 15 de noviembre los Mossos D'Esquadra localizaron y detuvieron al presunto estafador y después de pasar a disposición judicial dos días más tarde quedó en libertad con cargos. La operación continúa abierta y no se descartan más detenciones.
En la práctica del 'Rip Deal', los estafadores acostumbran a simular gran solvencia económica, se ganan la confianza de la víctima y escenifican reuniones en lugares públicos, tanto del Estado como otras ciudades de Europa. También, visten ropa de primeras marcas y exhiben joyas y relojes de alta gama muy ostentosos o usurpan la identidad de personas reconocidas a nivel empresarial, que son ajenas a este tipo de actividad, por si la víctima pide informes sobre la solvencia de su interlocutor.