Los paisajes del Camp de Tarragona emocionan al Japón de la mano de Jordi Isern

El Camp de Tarragona ha viajado, este mes de diciembre, hasta Japón, y lo ha hecho a través de los cuadros que el alcoverense Jordi Isern ha pintado de sus paisajes. Concretamente, más de una cuarentena de obras fueron trasladadas, del 8 al 12 de diciembre, hasta Mibu, a la prefectura de Tochigui, ciudad donde los cuadros permanecieron en una exposición individual durante cinco días.

«Estos viajes son muy intensos. Son gente muy curiosa y quieren saber muchas cosas personales antes de comprar cualquier obra», explica Isern, que ya se conoce bien el país nipón. Y es que, la muestra de este mes de diciembre era la sexta visita que el alcoverense hacía en el Japón para exponer. La primera fue el año 2013 en Saku, donde el realismo de la obra del artista dejó tan sorprendido el país que, al menos una vez al año, su obra es reclamada. «Los japoneses tienen una gran sensibilidad por el arte. En mi caso, he visto, en más de una ocasión, como la gente se emociona mirando los cuadros y empieza» a «llorar», narra Isern. Además, destaca que, para visitar una exposición, «no están 3 minutos, como puede pasar aquí, sino que, al menos, se toman media hora». Posteriormente, preguntan al artista todas sus dudas. «Muchos quieren saber porque he pintado precisamente aquella imagen, qué vivencias están relacionadas y, una cosa curiosa, tienen mucha obsesión en saber, exactamente, de dónde provienes y, aquel paisaje, donde está situado», añade el alcoverense que, explica, que durante la muestra disponía de un mapa detallado de España y, de esta manera, les señalaba el punto exacto del mapa del paisaje pintado. Ahora, parte de los beneficios obtenidos con la venta de los cuadros se destinará a un geriátrico, ya que en Japón, el arte siempre tiene un cariz benéfico.

En esta ocasión, además de la exposición, Isern también visitó dos escuelas de arte de la ciudad, donde pudo enseñar sus obras a los alumnos y, estos, le pudieron hacer preguntas. «También me pidieron que les diera mi opinión sobre sus trabajos y, así, poder aconsejarlos. Fue una experiencia muy agradecida», asegura el pintor.

Con este viaje concluido, Jordi Isern ya tiene en mente el siguiente, que se producirá el próximo mes de abril y también al país nipón, aunque todavía no se ha concretado la ciudad.

Más de 25 años pintando

Jordi Isern, nacido en Barcelona el año 1969, reside actualmente en Alcover, de donde era su padre. Contrariamente a lo que se espera de un pintor profesional, Isern no descubrió su vocación hasta los 20 años. En aquel momento, trabajaba en la imprenta familiar, pero necesitaba alguna actividad para ocupar el tiempo libre y, paseando por el paseo de Gracia, vio una galería donde había cuadros realistas. «Yo también lo quería hacer», dice Isern, y desde entonces, este ha sido su objetivo.