«Apuesto por la gastronomía en un ambiente informal»

Para comer un atún rojo Balfegó, filetes de anchoas del Cantábrico o huevos con foie y trufa negra no hace falta recorrer muchos kilómetros. Estas son algunas de las delicias que se sirven en la Taberna de Misti, un local donde la alta gastronomía toma forma de tapas y se sirve en un ambiente –y a unos precios– para todos los públicos. Su artífice es Sergio Domínguez, conocido como Misti entre los amigos y compañeros de profesión.

Ahora hará tres Navidades abrió su local en la avenida del Alcalde Pere Molas: «me tiré como uno kamikaze, a muerte, y puedo decir que estoy muy contento», asegura.

Esta afirmación, sin embargo, no es del todo precisa. Si bien es cierto que hizo una apuesta personal, económica y profesional, cuandoMisti abrió este negocio llevaba un bagaje en los hombros que hacían de él una apuesta ganadora.

«En BUP estudié ciencias puras, me gustaba estudiar, pero no sabía qué quería hacer. Yo soy de Salou, y en verano trabajaba en los hoteles. El trabajo me gustaba, pero quería tener un poco más de base y no estar siempre en un hotel ranxero . Así que me inscribí en la Escuela de Hostelería de Cambrils», explica Sergio. Aquella decisión le abrió las puertas a un mundo que ahora lo apasiona, y que conoció con estancias en sitios como el restaurante La Broche, de Sergi Arola. «Desde bien joven siempre me ha gustado coger proyectos con una alta responsabilidad, porque así aprendía más». De su paso por sitios como el restaurante gastronómico de La Boella, la Goleta de Salou o la Capsa Gaudí de Reus asegura haber aprendido que la cocina es un universo muy grande, y que el oficio es algo muy serio y también muy duro, pero al mismo tiempo satisfactorio: «ver que el comensal disfruta con un buen plato y un buen vino compensa más que el sueldo que puedas sacar». De su carrera profesional destaca también el aprendizaje derivado de la relación con las personas que, fuera de la cocina, también tienen relación con el mundo de la hostelería: «siempre aprendes alguna cosa», asegura.

Ahora hace once años que Sergio vive en Vila-seca. Cuando abrió la taberna tuvo claro que quería hacer un espacio gastronómico, donde el producto fuera el protagonista principal, pero sirviéndolo en un ambiente informal, vinculado al tapeo, sin manteles. Cogí lo que más me gustaba de cada lugar donde he estado, y lo he presentado de la manera que me gusta encontrarlo cuando yo voy a los sitios, informal pero con mucho producto. En resumen, se puede decir que apuesto por la gastronomía, pero en un ambiente informal».

El precio es clave

Esta informalidad se refleja también en los precios, bastante asequibles en relación a la calidad servida. «Cuando abres un negocio, y yo he abierto muchos estando en la cocina, lo peor que pueden decir de ti es que eres caro. Si te pasa eso, ya no te entra nadie. Yo juego un poco con el margen, sirvo jamón ibérico, carne Angus, pero el comensal puede venir a comer por un precio medio de 18 o 20 euros», explica al cocinero. Sergio se sirve de la tecnología para dar garantías del producto que despacha: «cuando sirvo tartar o tataki de atún rojo de Balfegó, el comensal puede ver la caja, que incorpora un código QR donde se detalla la procedencia del producto, para que pueda comprobar que aquello que está pagando es lo que» está «comiendo».

«En Vila-seca estoy muy contento porque trabajamos bien, la gente sale muy contenta, les gusta venir, y eso es un placer», confiesa el joven empresario, quién asegura que entre sus clientes hay gente de Vila-seca de toda la vida, así como de Salou, Reus o Tarragona. Aunque admite que en Vila-seca el público a quien gusta el alta gastronomía no es mayoritario, asegura haber recibido un gran apoyo de su clientela, que no falla cada vez que renueva la carta.

Entre semana, además, ofrece un menú de mediodía, que el fin de semana es un poco más completo. La Taberna de Misti está abierta todos los días excepto el martes, que es el día de descanso semanal.

Los mejores vinos para una buena comida

La Taberna de Misti también cuenta con una esmerada selección de vinos, que se pueden pedir en botella, pero también en copas, a unos precios muy asequibles. «Tengo de los más próximos, como Vinyes del Terrer, de Vila-seca, porque tengo una buena amistad con la familia Morell y porque hacen unos vinos muy buenos. Pero también tengo Montsants y Priorats que se venden muy bien, y una selección de vinos del resto del territorio, donde no faltan los vinos de la Rioja o de la Ribera del Duero. Me gusta visitar bodegas», explica el propietario de la taberna. Cada dos o tres meses, Misti organiza también cenas maridaje, en los cuales los comensales degustan una selección de tapas acompañadas de blancos, negros, rosados y cavas. La oferta de bebidas del restaurante se completa con una pequeña y esmerada selección de cervezas.