Arqueologia
Se iniciará una nueva campaña de excavación al yacimiento de la Ceja de Salou
Durante el verano se harán visitas guiadas y se ha impulsado un proyecto de recreación con gafas de realidad virtual
Los arqueólogos siguen trabajando en la consolidación de las viviendas descubiertas al yacimiento de la Cella, en Cap Salou, que fecha de entre los años 400 y 250 aC. El Grup de Recerca Seminari de Protohistòria i Arqueologia de la URV, el GRESEPIA, se ha centrado este año pasado en la protección superficial de las estructuras conservadas y en la aplicación de productos que frenen la degradación del conjunto de época ibérica. Durante este 2018 se seguirá protegiendo el espacio y se prevé una nueva excavación en los terrenos del yacimiento que pertenecen a la Autoritat Portuària de Tarragona. De cara al verano, además, se programarán visitas guiadas, pero todavía no hay una fecha concreta para la museización y apertura definitiva del qué los expertos consideran la mítica ciudad de Cal·lípolis. El grupo de investigación ha ideado un proyecto de recreación con gafas de realidad virtual que mostrará una hipótesis de cómo eran los edificios y las calles de la Cella. Por su parte, el Ayuntamiento quiere incorporar el yacimiento al trazado del camino de ronda, que está pendiente de recibir financiación por parte del Estado.
Las actuaciones de conservación han consistido al depositar una capa de mortero de cal dentro de las casas mejor conservadas y en la aplicación de productos químicos en estructuras de piedra y chimeneas para protegerlos de las inclemencias del tiempo.
Desde el 2010, los arqueólogos han documentado la existencia de una veintena de viviendas, con superficies de entre 90 y 120 metros cuadrados -exactamente el triple de los típicos poblados ibéricos- en un ámbito de 6.000 metros cuadrados. Se estima, sin embargo, que la dimensión total del poblado podría haber llegado a los 10.000 metros, si se incluye la zona que habría sido destruida por la actividad de la antigua pedrera del Port.
Durante este año está previsto seguir con las tareas de consolidación e iniciar una nueva campaña arqueológica en los terrenos de la Autoritat Portuària, según ha señalado uno de los directores del yacimiento, Jordi Vilà. Después del éxito de las visitas guiadas que se hicieron el pasado septiembre, de cara al verano se volverán a programar de forma periódica. El formato todavía no se ha decidido, pero podrían repetirse las visitas teatralizadas.
En los últimos meses, el grupo de investigación de la URV ha impulsado un proyecto de recreación virtual para complementar la experiencia de los visitantes. «Intentamos levantar estos muros de dos palmos que tenemos conservados y reproducir tal como era antes el poblado con gafas|ojeras de realidad virtual, a partir de hipótesis científicas», ha explicado el desarrollador de la iniciativa, Ivan Cots.
El consistorio ve en el yacimiento uno nuevo atractivo para la capital de la Costa Daurada. Sin embargo, no hay ningún calendario para impulsar la museización y apertura definitiva al público. El alcalde, Pere Granados, ha explicado que, junto con los bunkeres de la Guerra Civil, el yacimiento tiene que formar parte del camino de ronda por Cap Salou. Este proyecto está pendiente de recibir unos 4 MEUR por parte del gobierno español.
El alcalde ha aprovechado la visita del delegado territorial de Cultura, Jordi Agràs, y del director del Museu d’Arqueologia de Catalunya, Josep Manuel Rueda, para solicitar la incorporación del yacimiento a la Ruta dels Ibers, que actualmente está formado por diecisiete asentamientos musealizados.
El gobierno municipal pretende incluir la Cella en las nuevas rutas de patrimonio histórico del municipio, que incluirán yacimientos romanos y la Cala Morisca. «Si vamos ligando todo eso con nuestra gran figura, el rey Jaume I, podemos hacer una grano propuesta de atractivo cultural, histórico y turístico,» ha afirmado Granados, el cual ha reivindicado firmemente la hipótesis que el yacimiento es la ciudad de Cal·lípolis.
Esta tesis es compartida por el coordinador de la investigación, Jordi Diloli, el cual sostiene que el yacimiento corresponde a una ciudad de época ibérica donde convivió una comunidad mixta -con cartagineses, íberos, griegos...- desde el 400 aC hasta que se marcharon de la zona, hacia el 250 aC. El abandono se produjo de forma pacífica, sin que se haya documentado el motivo. Sin embargo, se especula con epidemias, cambios en las redes comerciales, agotamiento de recursos o motivos políticos, en este caso forzados a marcharse hacia la actual ciudad de Tarragona.
El hecho de que no se produjeran episodios violentos ha hecho que los arqueólogos no hayan podido encontrar materiales relevantes de la época. Sin embargo, han aparecido fragmentos de cerámica ibérica e importada, tanto cartaginesa como ibicenca. Vistas las dimensiones de las casas y su cronología, los expertos enmarcan la Cella en un poblado protohistórico. Una villa situada en un lugar estratégico, donde habrían convivido comunidades mixtas dedicadas a la actividad comercial.