Suspendido hasta el lunes el juicio en la Audiencia Nacional contra la célula yihadista vinculada a Reus y Valls
Uno de los abogados solicita más tiempo porque sólo hace una semana que asumió la defensa de uno de los principales acusados
El juicio contra una célula yihadista desarticulada en Cataluña en el 2015 se ha suspendido hasta el próximo lunes. Uno de los abogados ha pedido más tiempo para poder estudiar el caso ya que se ha incorporado a la causa hace sólo una semana después de que uno de los letrados haya renunciado. Se trata de un abogado de turno de oficio que, además, lleva la defensa de uno de los principales acusados: Lahcen Z. A partir de la próxima semana, en el banquillo de los acusados se sentarán diez detenidos (nueve de ellos están en prisión preventiva) y se enfrentan apenas de 7 a 19 años. Las sesiones tenían que empezar este lunes en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares y está previsto que se alarguen hasta marzo. Entre los planes de este grupo había el de secuestrar a una persona, vestirla de naranja y degollarla ante cámara. También tenían explosivos, habían hecho fotos de edificios como el Parlament y una comisaría de los Mossos y habían hecho seguimientos a políticos. Este caso, bautizado como 'Operación Caronte', generó polémica policial. Después de las detenciones, los Mossos denunciaron que la policía española había advertido a los yihadistas que los estaban siguiendo.
Los Mossos D'Esquadra desarticularon la célula en marzo de 2015, en una operación bautizada con el nombre de 'Caronte'. Tenía estructura piramidal y los investigadores consideran que en lo alto de la organización había Lahcen Z., Rida H y Antonio S. M. Este último, conocido como 'Alí al peluquero', un ciudadano de Sabadell de nacionalidad española convertido al islam.
Para los tres, el ministerio público solicita 19 años de prisión por los delitos de integración en organización terrorista y otro de colaboración con organización terrorista. La fiscalía cree que los tres ejercían su autoridad sobre el resto del grupo.
Según la fiscalía, la célula se creó a principios del 2014, principalmente a Terrassa y a poblaciones de los alrededores y se hacía decir 'Fraternidad Islámica para la Predicación de la Yihad'. Se dedicaba a captar y adoctrinar jóvenes en el salafismo combatiente, fomentando el uso de la violencia para la instauración del «califato único mundial» basado en la ley islámica y preparándolos para cometer atentados terroristas.
En un primer término, el grupo quería enviar jóvenes a Siria e Irak pero, como les había fallado esta opción y tres personas enviadas por el grupo habían sido detenidas en Bulgaria, tenían previsto de manera «embrionaria» cometer atentados en el Estado.
Los planes de los terroristas en Cataluña
Una vez la célula había reforzado su adoctrinamiento y tesis, decidieron que el objetivo era atentar en el Estado. Por eso, hicieron diferentes vigilancias e hicieron fotos del Parlament, de la comisaría de los Mossos ubicada en la plaza Espanya de Barcelona y del hotel Artes de Barcelona. Según la fiscalía, también habían mostrado interés por una sinagoga ubicada en la calle Avenir de Barcelona y también una librería judía ubicada en la ciudad condal.
Entre sus planes, también había el de secuestrar a una persona, vestirla de naranja y degollarla delante de una cámara para demostrar que se puede hacer la yihad en Cataluña, aunque todavía no contaban con un mono naranja, apunta la fiscalía.
Otra opción que tenían ideada era, apuntan las mismas fuentes, secuestrar a una directora de un banco para financiar la compra de explosivos y armas. Una de los jefes de la organización había llegado a comprar explosivos y hacer pequeñas pruebas y explosiones.
Además, disponían de manuales manuscritos de mezcla de sustancias químicas para hacer explosivos, y ya habían recogido sustancias químicas que tenían en sus domicilios para hacer artefactos. También contaban con un «arsenal bélico» que constaba de una granada en perfecto estado, munición, armas de fuego, y gran cantidad de gabinetes de grandes dimensiones. Incluso, disponían de un logotipo para identificar sus acciones y actividades.
Polémica por un «chivatazo» policial
Los Mossos D'Esquadra presentaron una denuncia donde acusaban dos agentes de la policía española de haber advertido la célula desarticulada que a la policía catalana les estaba siguiendo. La Audiencia Nacional archivó la denuncia –siguiendo el criterio de la Fiscalía- y, a pesar de reconocer que había existido este «chivatazo», sostenía que la investigación de los hechos «no había resultado perjudicado por la actuación de personas ajenas al procedimiento.
En el documento de la fiscalía se apuntaba que «no se había incrementar el riesgo de ejecución de acciones terroristas, ni se había producido ningún riesgo para la integridad física del funcionario policial (agente encubierto) que interviene a la causa, el cual ha hecho hasta el final sus funciones de investigación».