Los cultivos de fruta seca y viña, en riesgo por la sequía
También hay importantes afectaciones en el olivo y los cítricos del Ebro
Después de un verano cálido sin precipitaciones abundantes y un otoño donde las lluvias tampoco han hecho mucho acto de presencia, el invierno en Cataluña sigue siendo meteorológicamente hablante muy seco, un factor que está acusando a varios cultivos de secano del país que se ven afectados por la falta de agua. En el Campo de Tarragona, preocupa especialmente el impacto de la sequía sobre la fruta seca. Los productores de secano estiman que un 5% de los árboles han muerto, según JARC. En estos casos, se ha perdido la producción de este año y la de los próximos cinco, que es el tiempo que tarda un árbol nuevo en producir de forma significativa. En este sector, el grano también tiende a ser más pequeño y, por lo tanto, se prevé coger menos kilos.
La temporada de calçots también ha arrancado seca, pero como la mayoría se producen en terrenos de huerta, los campesinos han podido aportar recursos hídricos. «La climatología no es el ideal, porque le falta lluvia, pero la campaña no tiene ningún problema, los calçots van creciendo y llegaremos a la producción de los últimos años», ha afirmado el presidente de la IGP Calçot de Valls, Francesc Xavier Amill, que espera una producción de entre 12 y 13 millones de cebollas.
La falta de lluvias sí que se está haciendo sentir en la viña, dónde en el Camp de Tarragona se reportan bajadas de producción de hasta el 50%. Las zonas con riego de apoyo salen adelante mejor, pero en las de secano la situación es de mucha preocupación.«Hace dos años que la pluviometría está muy por debajo de la media y, aparte de hacer bajar la producción, no hace que haya esperanza de recuperación de cara al año siguiente», ha remarcado el presidente territorial de JARC. El terreno seco y las altas temperaturas como las de los últimos días, además, impiden que las vides realicen adecuadamente su «paradaoinvernal» para volver a producir en primavera.
Delante de este escenario, en el que «el cambio climático ha venido para quedarse», JARC ha planteado estudios de regadío en zonas donde actualmente no hay para hacer frente a la falta de lluvias. De rebote, el sindicato ha reivindicado que los seguros de todos los cultivos contemplen la posibilidad de sufrir una incidencia en cuanto a la sequía y que este factor quede «bien cuantificado y delimitado para que el campesino se pueda acoger», ha insistido Vela.
Importantes afectaciones en el olivo y los cítricos del Ebro
En las Tierras del Ebro, de momento los cultivos más afectados por la sequía son el olivo y los cítricos. En esta última campaña que acaba ahora, el olivo ha sufrido ya un descenso de la producción que llega en algunos casos al 60%, pero si no llueve en las próximas semanas, desde el sindicato de UP ya alertan de que la próxima temporada será todavía peor. «El árbol no ha vegetado y tiene poca flor pero si persiste la sequía, la flor se seca y no se desarrolla la oliva», ha explicado Hilari Curto, responsable de UP en las Tierras del Ebro.
El problema de la falta de lluvia con los cítricos, en cambio, es que se trata de un cultivo que necesita mucha agua y se incrementan los costes por el aumento del funcionamiento del riego de apoyo. Hay que bombardear los pozos de día y se disparan los gastos del campesino, un hecho que también se repite con los fruteros, que con las actuales temperaturas suaves, encima, pueden alterar su ritmo de floración y aumentar el riesgo de plagas y enfermedades.
Desde los sindicato agrario no se descarta también que si los niveles de los pantanos siguen cayendo lleguen restricciones de uso de agua incluso en cultivos como el arroz -en Extremadura han pedido que se cultiven menos hectáreas. «Aquí no estamos en este punto pero no sabemos qué panorama nos podemos encontrar en verano», ha advertido Curto. La salinidad del agua de los pozos es uno otra de las consecuencias de la falta de lluvia ya que los acuíferos bajan y penetra la capa salina. El problema se ha empezado a detectar en la zona ampostina del delta del Ebro.
«El panorama no es nada bueno» y los costes de producción están condenados a dispararse si no llueve. «Si con los precios de los últimos años, que se ha pagado muy poco por el género, a duras penas cubres costes, si estos incrementan, la explotación será inviable total», ha lamentado Curto.
Otro sector que se ha visto directamente afectado por la falta de lluvias es el de la producción de miel. En este sentido, los apicultores calculan unas pérdidas de entre el 50 y el 60%, especialmente en la demarcación tarraconense. Según ha apuntado Xavier Vela, presidente de JARC en Tarragona, si los árboles están débiles y florecen menos, eso hace que las abejas no puedan trabajar al mismo ritmo, dado que se alimentan del polen de las flores.