Comercio
El horno de Mont-ral abre puertas en Prades
El viernes 23 de marzo los panaderos de Mont-ral inaugurarán una tienda en la Villa roja
Este próximo viernes, 23 de marzo, el pueblo de Prades tendrá un nuevo horno de pan. Los panaderos de Mont-ral han decidido abrir una tienda donde venderán sus ya famosos productos, encabezados por las magdalenas artesanas. De esta manera la propietaria del horno, Lorda Ruiz, hace realidad un sueño que viene de largo: «hace muchos años que voy al mercado de Prades a vender, y mi ilusión siempre había sido montar una tienda en el pueblo. Ahora se ha dado la ocasión, porque había dos panaderos pero uno se jubiló el año pasado».
La tienda se encuentra en la calle Arc del Ponus número 2, esquina Muralla. De momento abrirán dos veces entre semana, y de viernes a domingo. Además de las magdalenas, despacharán toda la gama de productos que sirven habitualmente, como el pan, los cruasanes y las cocas. El obrador seguirá estando en Mont-ral, y en función de como evolucione la demanda irán adaptando los días de apertura.
Esta semana y como sorpresa de inauguración, han elaborado una serie de figuras de chocolate con la forma de la famosa fuente de Prades, una propuesta que quiere ser un reconocimiento a un pueblo que, tal como explica Lorda, los espera con los brazos abiertos: «estamos muy agradecidos a la gente de Prades, hace muchos años que voy a vender y me siento mucho del pueblo. Cuando se supo que queríamos abrir la tienda la gente nos telefoneaba para decirnos dónde había locales disponibles. Esta figura representa el pueblo».
El Forn de pa de Mont-ral es un negocio familiar que inició su actividad a principios de los años 80 de la mano de los padres de la Lorda, Diego Ruiz y Rosa Catalán. «Cuando empezaron fueron muy valientes, porque en Mont-ral no había nada, pero decidieron empezar la aventura», explica a la actual panadera. Ella se sumó al proyecto ahora hace veinte años, pero de bien pequeña siempre había querido hacer este oficio. Al cabo de poco estalló lo que entonces se conoció como ‘La guerra del pan’, y Lorda vio una nueva oportunidad de negocio: «pensé que había que apostar por un pan de más calidad, utilizando levadura madre, espelta... Ahora todo el mundo utiliza harina de espelta, pero nosotros hace más de veinte años que trabajamos. También fue el momento de innovar, apostar por productos que no hacía la otra gente». Entre estos productos sobresalen muy especialmente las magdalenas, de las cuales elaboran más de treinta variedades y que han hecho famoso el obrador de Mont-ral. «La gente me dice que las magdalenas son famosas, y yo me quedo un poco parada. No tiene más secreto que utilizar productos de mucha calidad, el horno, que utiliza como combustible la cáscara de avellana, y la voluntad de ofrecer siempre un producto de primera calidad, no dar nada que yo no me comería. Después, también escuchamos mucho a la gente, y tenemos un gran equipo. Si transmites las ganas de hacer las cosas bien, pienso que todo se contagia. Es un cúmulo de cosas, que hacen que todo salga bien», concluye Lorda.