Preocupación en la Conca de Barberà por la falta de vivienda y el retraso de la A-27
Las grandes empresas, el sector inmobiliario y la administración coinciden en que estas carencias cierran puertas al arraigo de nueva población y perjudican el territorio
Preocupación en la Conca de Barberà por la falta de vivienda. Las grandes empresas aseguran tener muchas dificultades para encontrar pisos para sus empleados. El sector inmobiliario así lo confirma. La demanda sobrepasa la oferta con creces desde hace años y la tónica va a más, sobre todo en el mercado de alquiler. Eso hace que los pocos pisos en estoque tengan precios disparados. A modo de ejemplo, las dos únicas API que quedan en Montblanc desde hace meses no tienen nada de alquiler y en la bolsa de vivienda comarcal sólo se ofrece uno. El retraso de la ejecución de la autovía A-27, con el añadido de un sobrecoste cifrado en 31 millones de euros, tampoco contribuye a una comarca con un importante peso del sector industrial. La administración confirma esta problemática para recolocar la nueva población y la necesidad de acciones para favorecer su establecimiento en el territorio.
En l'Espluga de Francolí, donde se dieron algunos casos de pisos patera, ya hace tiempo que se plantea una promoción de pisos en el antiguo cuartel de la Guardia Civil y la ejecución de un gran plan parcial en un ámbito de 85.000 metros cuadrados con más de 200 viviendas, a desarrollar por fases. El denominado plan Milmanda, sin embargo, ya hace tiempo que está sobre la mesa y el consistorio confía en que los propietarios lo terminen. «Tenemos un problema tanto a nivel local como comarcal», reconoce el alcalde de l'Espluga de Francolí, David Rovira. Según Rovira, el parque de viviendas es muy pequeño y la población, sobre todo recién llegada, tiene muchas dificultades por encontrar un lugar donde vivir.
Después de un periodo de continuo descenso, el porcentaje de población recién llegada pespunteó en el 2016 y se mantiene, a fecha de 31 de diciembre del 2017, en un 12,37% sobre la población empadronada en la Conca de Barberà, según datos facilitadas por la Oficina Técnica del Plan de Inclusión Social del Consell Comarcal. Actualment el Consell está elaborando un plan de vivienda. El ente confía en que este trabajo de campo puede ayudar a remediar la problemática. En la bolsa de vivienda comarcal, consultable vía Internet, queda de manifiesto la falta de pisos de alquiler. De un listado de cincuenta inmuebles, sólo hay uno disponible -una casa en l'Espluga. El resto están todos alquilados.
Los precios del alquiler, por las nubes
En cuanto al precio del alquiler, en los últimos tiempos ha tendido claramente al alza por esta falta de estoque. Según datos facilitados por la Oficina de Vivienda del Consell Comarcal, el precio medio en Montblanc sería de unos 450 euros y en el resto de comarca entre 350 y 400 euros. «En los últimos seis meses los precios han aumentado en un 10 o 15%», constata Lluís Moix, agente inmobiliario que mantiene oficina abierta a la capital de comarca. La otra agencia inmobiliaria de Montblanc, Fincas Romeu Jové, también ha asegurado que no puede ofrecer ningún inmueble de alquiler desde hace meses. El sector anima tanto a la promoción pública como privada para que se construya vivienda destinada al alquiler.
«Necesitamos mucha oferta, pero aquí se junta que los propietarios se resisten a alquilar y los promotores no se atreven a construir; de hecho, el 60% de mis ventas son gente que invierte en un piso de alquiler con una rentabilidad media bruta de hasta el 8%; hay casas viejas en Montblanc que se podrían reformar y alquilar, yo creo que si se construyera un bloque de diez pisos, en tres meses estaría alquilado», añade Moix. La última promoción privada en Montblanc se remontaría hacia el año 2010. Aquel mismo año se puso en alquiler una promoción anterior, con 41 pisos nuevos que no se vendían. En sólo un par de meses se habían alquilado casi la mitad.
Y los precios de la nueva construcción, por el suelo
Ramon Jové, constructor, asegura que, ante la fuerte demanda de alquiler, él optó por alquilar bloques nuevos que no conseguía vender. Con todo, reconoce que es una opción con la cual no se siente del todo cómodo por el riesgo añadido y prefiere la fórmula de la compraventa. Ahora acaba de construir unas casas en Montblanc que se habían tenido que detener por la crisis. Estas construcciones unifamiliares tienen más salida para la venta. De hecho, un reciente estudio de la Asociación de Promotores de Cataluña posiciona la Conca de Barberà como la comarca tarraconense con la vivienda nueva más barata -y la tercera a nivel de Cataluña con los precios más bajos para ir a vivir.
Según este estudio, el precio de la vivienda de nueva construcción se situaría en una media de 63.848 euros -y a un precio, el metro cuadrado útil, de 1.114 euros. Con todo, la compraventa no es la opción preferida por los recién llegados en la comarca, que sobre todo buscan inmuebles con alquiler accesible. La necesidad de vivienda social se hace evidente. Algunos usuarios del Consell exponen que no se pueden plantear una compra por falta de seguridad o estabilidad laboral, además de un sueldo poco remunerado. En las inmobiliarias llegan peticiones continuamente de viviendas de alquiler baratas y a menudo no pueden dar respuesta. «Mientras haya industria habrá demanda en Montblanc», sentencia Moix.
Las necesidades de las grandes empresas
Empresas arraigadas en el territorio, como las papeleras o Cunicarn, en l'Espluga, tienen dificultades para encontrar viviendas para sus trabajadores. Xavier Torres, responsable de Control de Gestión y Comunicación de Cunicarn, asegura que la mayoría de lugares gerenciales les ocupan gente de a menos que necesitan de un lugar dónde vivir y no encuentran. Con una plantilla de 150 personas, el personal de base, según Torres, se las ingenia para encontrar una vivienda, a menudo compartido. La empresa facilita el transporte de sus empleados con una furgoneta, que los traslada de su municipio de residencia hasta la fábrica. «Sudamos sangre para poder ubicar los cargos medios y altos y encontrarles una vivienda», expone Torres.
Pero lo que más preocupa al grupo Cunicarn no es tanto la falta de vivienda como también de infraestructuras. «Diariamente nos pasan 15 o 20 camiones por el Coll de Lilla», añade el responsable del grupo cárnico. Las obras del A-27 en su cuarto y último tramo tendrán un coste adicional de 31 millones de euros, según ha confirmado el alcalde de Montblanc, Josep Andreu. Sobre una obra adjudicada el verano del 2008 por 84 millones de euros, la inversión acabará superando los 115 millones. Las arcillas expansivas características del territorio obligan a modificar y retrasar un proyecto que sigue eternizándose. La ejecución de las obras de este tramo tendrán que esperar, al menos, hasta finales de año.