Diari Més

La mujer asesinada en Valls presentaba una veintena de lesiones de defensa y navajazos «mortales de necesidad»

Los psicólogos subrayan la «frialdad afectiva» y los rasgos «antisociales» del procesado

Captura de pantalla de psicólogos y forenses presentando pruebas periciales en el juicio por el asesinato de una mujer en Valls, que se hace en la Audiencia de Tarragona.

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La mujer asesinada en un piso de Valls en abril del 2016 se intentó defender de su agresor, pero recibió varios navajazos «mortales de necesidad», especialmente en el cuello, que produjeron una pérdida sanguínea masiva y una pérdida de conciencia muy rápida. Según han declarado este jueves los peritos forenses en la Audiencia de Tarragona, la víctima, de 47 años, presentaba una veintena de lesiones defensivas, sobre todo en las manos. El estudio del cadáver señala que el agresor empezó a agredir a la víctima «cara a cara», posiblemente estando de pie, pero que después la hirió reiteradamente una vez ella ya estaba extendida en el suelo. Los psicólogos han subrayado la «frialdad afectiva» y los «rasgos antisociales» de Iulian S.O., de 41 años, si bien han concluido que no sufre ninguna patología psíquica. Los peritos han definido al procesado como una persona «dura», «impulsiva», «celosa» e, incluso, con «cierta predisposición a la violencia». Uno de los aspectos que más les sorprendió, han dicho, fue la «falta de expresividad emocional» y el «discurso plano» que utilizaba para referirse al crimen en las diferentes exploraciones psicológicas.

Los peritos han sostenido que un consumo excesivo de alcohol podría haber hecho que el hombre se desinhibiera y actuara de forma más agresiva, pero su elevado nivel de tolerancia en el alcohol pone en cuestión que hubiera falta de control de su comportamiento, según han manifestado.

En este sentido, los forenses y psicólogos han detallado que el hombre consumía alcohol de forma esporádica y, puntualmente, de forma abusiva sin presentar criterios de dependencia. Se estima que, en el momento de los hechos, el hombre presentaba una tasa de 1,69 gramos de alcohol por litro de sangre, pero eso prácticamente no afectó a sus capacidades. En este caso, han insistido los expertos, lo hubiera hecho en su nivel «más leve». Incluso, no han descartado que, por su manera de ser, el hombre hubiera podido actuar violentamente sin haber bebido.

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