Se hunde parte del techo de la iglesia de Constantí sin causar heridos
El templo estaba cerrado al público a causa de las grietas que aparecieron
La cubierta y parte del techo de la Iglesia de Sant Feliu Màrtir de Constantí, situada en la calle Major, se han hundido sin causar heridos. Los Bomberos de la Generalitat han recibido el aviso poco después de las 9 y media de la mañana y se han dirigido al lugar con un total de dos dotaciones. También se ha trasladado al sitio el arquitecto municipal y los arquitectos del arzobispado con el fin de evaluar los daños que ha sufrido la iglesia. Se da el caso de que el templo se encontraba cerrado al público desde 2016 por la aparición de grietas.
El techo se ha hundido sin causar ningún herido y en el mismo interior del recinto de la iglesia, por lo que no hay ninguna afectación en la vía pública y el hundimiento es totalmente visible desde el exterior. Aunque se desconoce la hora exacta en que se ha producido el suceso, se cree que se habría producido el domingo hacia las nueve y media de la noche, cuando los vecinos oieron un fuerte ruido. Aun así, no ha sido hasta esta mañana que un vecino ha observado los hechos y se ha hecho la llamada de emergencia al 112. A causa de este hundimiento, se ha procedido a balizar la zona a fin de que los peatones no se acerquen al lugar.
Según ha explicado el arquitecto Enric Casanovas, después de la primera inspección en el interior del templo, la superficie de la cubierta afectada oscilaría entre un 15 y un 20%. La estructura ya había sido apuntalada para reforzar el corazón, pero en las últimas visitas no había dado señales de empeoramiento. A estas alturas, los técnicos no han podido determinar las causas, si bien el arquitecto ha subrayado que no han encontrado restos de agua ni indicios que la lluvia haya ido deteriorando la cubierta.
El arquitecto ha recordado que el templo se encuentra afectado por una grieta «importante» con que cruza varios puntos del núcleo y que genera «deformaciones, movimientos o desplazamiento del terreno», que es arciloso. El fenómeno sería similar a lo que afecta a Barberà de la Conca, en la Conca de Barberà, según ha señalado. En Constantí, las afectaciones están presentes en varios edificios además de la iglesia, donde la grieta es muy visible en la fachada.
A raíz de este fenómeno, el templo permanecía cerrado desde marzo del 2016 y sólo entraban puntualmente el mosén o personas autorizadas, como se hizo recientemente durante la Semana Santa para recoger las imágenes religiosas. Ahora, se iniciará un proceso de análisis a fondo de la problemática, mientras está previsto que el Arzobispado licite y adjudique lo antes posible las tareas de retirada de los escombros y la instalación de un cubrimiento que evite la entrada de agua en la nave.
El arquitecto Enric Casanovas ha señalado que se ha producido un ensolsiment puntual de una crujía situada entre dos andamios y que habrá que decidir si se procede a hacer una reconstrucción o una reparación puntual. En cualquier caso, la actuación será costosa, según ha admitido el ecónomo diocesano del Arzobispado, Daniel Sobradillo, el cual ha recordado que los técnicos ya desaconsejaron actuar en el templo ante la falta de expectativas de poder reabrirlo al culto.
El representante del Arzobispado de Tarragona ha indicado que, hace unos días, el tramo de cubierta afectado «estaba bien» y no se apreciaban daños. Asimismo, ha insistido en que no habían observado goteras o restos de agua en el interior de la iglesia que pudieran hacer pensar en un problema de filtraciones. Se estima que, una vez adjudicado el proyecto, los trabajos se puedan alargar durante un periodo de dos meses.
Por su parte, el alcalde de Constantí, Oscar Sánchez, ha explicitado la voluntad del consistorio de seguir apoyando al Arzobispado y colaborar a nivel técnico y humano para restablecer la situación. «Para nosotros es un día muy triste porque todos hemos pasado por la iglesia, que es como una pequeña catedral», ha lamentado. De momento, se mantendrá acordonada la plaza y se analizará si hay peligro para los edificios más próximos.
El alcalde ha recordado que hace tiempo que mantienen conversaciones a todos niveles para abordar la situación y ha adelantado que fortalecerán las reivindicaciones para propiciar que «la Generalitat intente aportar también su ayuda». De momento, el templo continuará cerrado al público y los fieles tendrán que seguir acudiendo al centro parroquial, donde el mosén Antoni Pérez de Mendiguren ofrece los servicios religiosos.