El buen tiempo llena de bañistas y vendedores ambulantes las playas de la Costa Daurada
La Pineda recibe una notable afluencia de turistas justo a principios de mayo
El buen tiempo ha llenado de bañistas las playas de la Costa Daurada este miércoles. En el Pinar, en el municipio de Vila-seca, decenas de personas disfrutaban de la playa bajo un solo radián, con una temperatura de unos 23 grados. Incluso, algunos de ellos se atrevían a adentrarse en el agua del mar, que estos días todavía se mantiene frío, a unos 15 grados. La afluencia de visitantes, en su mayoría extranjeros, ha llenado los chiringuitos, los restaurantes y ha hecho trabajar de lo lindo negocios como los de alquiler de patinetes. Los vendedores ambulantes también han aprovechado para hacer a su particular agosto a principios de mayo. Telas variadas, gafas de sol y camisetas de equipos de fútbol son algunos de los productos que ofrecían a las personas que descansaban en toallas y tumbonas. También se podían ver mujeres haciendo trenzas en el pelo. En la Pineda, en los próximos días empezará el dragado y reposición de unos 100.000 metros cúbicos de arena para dejar la playa a punto por al inicio de la temporada alta.
La Costa Daurada está en las puertas de una nueva temporada turística por la cual el sector mantiene unas buenas expectativas, después del récord del año pasado. El 2017 se encerró con casi siete millones de visitantes y más de 22,2 millones de pernoctaciones en la demarcación de Tarragona -un incremento del 5% respecto del 2016.
Por primera vez, en la Costa Daurada se superaron los 20,6 millones de pernoctaciones con un crecimiento del 5% respecto del año anterior. Los municipios que reciben más turistas -Salou, Cambrils y Vila-seca/La Pineda- se anotaron un incremento del 5% y llegaron a los 12,1 millones de pernoctaciones.
Sin embargo, de cara a este año el sector se mantiene en la expectativa de la inestabilidad política; de la irrupción de ofertas muy competitivas que puedan llegar de destinaciones como Turquía, Túnez o Egipto; o de la afectación del Brèxit sobre un mercado tan estratégico como el británico, que el año pasado ya descendió cerca de un 5%.