El Gobierno alerta del riesgo de que los menores no acompañados se puedan radicalizar
La advertencia se hizo en la comisión de investigación de los atentados del agosto pasado
El secretario general de Trabajo y Asuntos Sociales, Josep Ginesta, ha alertado al Parlament del riesgo de que los menores extranjeros no acompañados (tipo) que llegan a Cataluña puedan caer en la radicalización islámica, sobre todo si no se les hace un itinerario de regularización diferenciado y más rápido que el de los adultos. Así lo ha dicho, esta tarde, en una comparecencia a la comisión de investigación de los atentados del agosto pasado a Cambrils y Barcelona, en la cual abordó el fenómeno de la radicalización islamista en varios ámbitos de la sociedad y los factores que aumentan el riesgo.
De esta manera, Ginesta apostó por reducir el riesgo de radicalización favoreciendo «el ascensor social» y disminuyendo las desigualdades sociales que afectan, especialmente a los inmigrantes. Además, instó a la sociedad catalana a integrar la diversidad migratoria y religiosa para favorecer la interculturalidad. El secretario general de Trabajo y Asuntos Sociales también alertó de que la tasa de riesgo de pobreza de los inmigrantes casi triplica la de los autóctonos y el paro es el doble en los extranjeros que en los españoles. Por eso, «en la medida en que se apueste por el ascensor social, habrá menos riesgo», y puso el foco en los tipo, que «buscan pan, techo y futuro» y son especialmente vulnerables. A estos jóvenes, dijo, se les tienen que poner los itinerarios de legalización más fáciles que en la actualidad para que no caigan en la radicalización.
Por su parte, el secretario de Igualdad, Migraciones y Ciudadanía, Oriol Amorós, dijo sobre les lleva que, al contrario de lo que parece, no proceden de familias desestructuradas, sino que emigran como adultos enviados por sus familias pobres. El secretario de Migraciones elogió el proceso que ha hecho Cataluña para acoger a un gran número de inmigrantes llegados en las dos últimas décadas de manera «razonable» y, según él, con más éxito que otras sociedades occidentales, a pesar de admitir que la gestión de los flujos migratorios ha sido «desastrosa», ya que buena parte de los recién llegados tienen que pasar largas épocas en la irregularidad y todavía hay muchas desigualdades laborales y educativas. También elogió la respuesta de la sociedad catalana a los atentados del verano pasado a Cambrils y Barcelona, asegurando que el terrorismo no lo ha cambiado y que no se han buscado respuestas a los atentados en posibles guerras exteriores. Aun así, admitió que hay que revisar la actuación hecha hasta ahora. Además, Amorós se sorprendió que a muchos medios de comunicación se mostraran sorprendidos que los terroristas de Ripoll hablaran catalán, hubieran estudiado y jugaran al equipo de fútbol del pueblo. Para Amorós, eso no es sorprendente, y el que tendría que preguntarse la ciudadanía es si los jóvenes se sentían parte de la sociedad de acogida. En cuanto al exdirector general de Asuntos Religiosos, Enric Vendrell, reclamó una mayor difusión de la diversidad religiosa entre la ciudadanía, alertando, sin alarmar, de ciertos casos de islamofobia. Así, propugnó dos medidas que no implicarían cambios legales y con las cuales hay consenso con las comunidades islámicas: establecer requisitos mínimos para los imanes y los formadores de las mezquitas, e implantar la asignatura de religión islámica o de conocimiento de las religiones en las escuelas.
Por su parte, el director general de Servicios Penitenciarios, Amand Calderó, aseguró que ninguno de los autores de los atentados se radicalizó en prisiones catalanas. Con respecto a los centros penitenciarios, se vigilan los presos condenados por terrorismo, los que son señalados por los cuerpos policiales y los que detectan a los propios funcionarios como sospechosos de radicalización.
Más plazo para las víctimas
El mismo día, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau aprovechó para pedir por carta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que amplíe el plazo para que las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto pasado soliciten indemnizaciones, un periodo que finaliza el día en que se cumplirá el primer aniversario de los hechos.
La petición de la alcaldesa Ada Colau apunta que la complejidad del proceso y la falta de información podría causar que muchas víctimas queden excluidas, «tal como ya pasó, desgraciadamente, después del atentado de Hipercor hace 30 años». «Muchas nos han manifestado su preocupación por no llegar a tiempo y nos han expresado la necesidad de alargar el plazo administrativo para facilitar el acceso a las ayudas que les corresponden», dice la misiva.
Los investigadores, detrás de un individuo de Alcanar
Una de las líneas de investigación sobre los atentados de Barcelona y Cambrils, perpetrados el 17 de agosto del año pasado, es averiguar la identidad de un desconocido que se habría visto entrar y salir del chalet de Alcanar que los terroristas utilizaban para preparar el ataque, según ha adelantado hoy El Confidencial. Sobre este individuo no se sabe prácticamente nada, ni quien era ni su implicación con los atentados. Además, gran parte de las pistas se borraron con la fuerte explosión que destruyó por completo la vivienda. Según este medio, los pocos detalles que se tienen es que se trataría de un hombre, de aproximadamente 1,70 metros de altura y pelo oscuro.