«Siempre acabamos yendo hacia el norte, pero aquí también hay público para la lírica»

—¿Cómo surge la idea del Festival?

—Hasta ahora he sido bastante crítico en el ámbito de la cultura de aquí, y pensé que no podía ser siempre crítico, y no aportar nada. El año pasado ya había colaborado con otro festival, así que este año hemos querido montar una cosa un poco profesional en Vila-seca.

—¿Por qué ha escogido Vila-seca?

—El Auditori Josep Carreras tiene una acústica muy buena. Hablamos con ellos y les pareció muy bien. Empezamos con un programa pequeño, de cuatro conciertos, pero la idea es ir haciéndonos grandes poco a poco.

—Con este festival se compensa un poco la falta de oferta de lírica en nuestra casa, sobre todo en verano.

—Aquí hay cada vez más festivales, pero por mi experiencia profesional siempre nos acabamos moviendo hacia el norte de Cataluña. Pensé que estaría bien hacer alguna cosa aquí, estoy convencido de que se tiene que poder hacer y que hay público para esta propuesta. Y no sólo de aquí. El otro día alguien me decía, y es una cosa que yo también he pensado siempre, que la gente de Barcelona no nos mira. Parece que nosotros estamos más cerca de Barcelona que ellos de Tarragona. Pero hay un turismo cultural que hace falta tener en cuenta, que además tiene poder adquisitivo y que quizás si viene se puede quedar a dormir. De momento el festival tiene un formato pequeño, pero también queremos que, ni que sea a pequeña escala, pueda tener una repercusión económica en la zona.

—Han programado tres conciertos. ¿A quién podremos ver?

—El primero será este sábado, 14 de julio. Empezamos con la soprano Maria Rey-Joly, que hace muchos años que canta y tiene una larga experiencia en teatros españoles y de fuera. Es una gran artista, con una voz fantástica, y pensé que era una persona muy adecuada para nuestro festival, porque siempre me ha gustado la gente que, además de cantar, es artista, y ella da mucho encima del escenario. La acompaña Enea Scala, un tenor que creo que apunta muy alto. Viene de cantar en Chicago con el gran director Riccardo Muti, y pienso que la combinación de los dos, acompañados al piano por Anna Crexells, será muy buena.

—También hay una propuesta de jazz.

—Sí, el viernes 20 de julio actuará Stefano Palatchi, un compañero y amigo que es cantante de ópera pero que hace unos años que hace de 'crooner' del jazz. Vendrá con un grupo de músicos, la mayoría de los cuales provienen del Taller de Músics de Barcelona.

—¿El último día lo podremos escuchar a usted?

—El 28 de julio daremos dos conciertos en uno. En la sala Canatré con Sabina Puértols, una soprano que hace años que conozco. Acaba de cantar en Toulousse, este año ha actuado un par a veces en el Liceu y está en punto de dar un concierto con Josep Carreras. Es una gran artista, cuando sube a un escenario, se lo come.

—¿Y el último recital?

—Todos los conciertos se acabarán con un pequeño refrigerio en el vestíbulo del Auditori, durante el cual el público podrá conversar con los artistas. El 28 de julio, mientras se haga este encuentro, actuará la soprano Helena Botella con Bruno Anguera al piano. Es una artista de Vila-seca, porque también hemos querido apostar por la gente de aquí.

—El festival también tiene una vertiente solidaria.

—Sí, una parte de los beneficios se destinará al Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Eso es fundamental para nosotros, y estamos muy contentos.

—¿La voluntad del Festival es tener continuidad?

—Es nuestra idea. Nos gustaría seguir en Vila-seca, y también abrirlo en otros espacios, ya que en el Ayuntamiento de Vila-seca tienen una gran sensibilidad por la música y nos lo han puesto muy fácil. Queremos establecernos en las comarcas de Tarragona y aportar nuestro granito de arena.

—¿Cree que su propuesta puede seducir a las personas que nunca han visto un concierto de lírica?

—Cuando organizas una cosa como esta, buscas llegar a todo el mundo. Siempre ha estado la idea de que esta es una oferta elitista, pero yo no lo creo. Es cierto que es un lenguaje diferente, pero lo que hacemos encima del escenario es explicar cosas, y nuestro trabajo es hacer que todo eso llegue al público. Normalmente, todas las personas que han hecho el ejercicio de ir por primera vez se lo han pasado bien, y creo que eso es lo importante. Queremos que la gente se anime, venga, escuche y después pase un buen rato tomando alguna cosa. No aspiramos a mucho más, eso ya es suficiente.